Con el tiempo, los civiles estamos tendiendo a considerar lo sucedido el 11 de septiembre de 1973 como un mero «accidente» en el devenir democrático… Recrear así el pasado es simpático y consolador, pero presenta el peligro de que nos creamos el cuento.
¿Continuará recurriendo al último casillero de las encuestas, ése de “no sabe/no contesta”? ¿Adherirá a los viejos principios fundacionales de la Falange o el pegamento del poder por el poder, con todos sus empleos y cargos, es más fuerte?
Millares de almas sencillas están “como ovejas sin pastor”, sumergidas en un confusionismo galopante, que les afecta seriamente a su vida de fe y les lleva al abandono de su práctica cristiana o al indiferentismo religioso.
La naturaleza humana necesita espiritualidad y la busca. Gramsci, para combatir a la Iglesia Católica, que junto a la familia son los dos grandes enemigos para lograr la hegemonía del materialismo histórico, la estudió profundamente.
Leer un “clásico” es como escuchar a un viejo amigo que habla raro… a veces cuesta entenderlo, y cada cierto tiempo hay que pedirle que repita; pero no cabe ninguna duda de que me está hablando a mí.
Si, contra toda evidencia científica, el embrión se considera “un montón de células”, se están minando las bases mismas de la civilización.
Carta recibida a propósito del artículo de Gonzalo Rojas sobre los 40 años de la toma de la Catedral.
No vivía para investigar, escribir ni enseñar (aunque todo esto lo hiciera tan brillantemente), vivía para salvarse y salvar a los demás.
¿Existe en realidad, más allá de los discursos, un actuar conforme a la legalidad vigente con estricto apego a la Constitución?
La revalorización y veneración de un sentido riguroso del deber funcionario, como eje del servicio público, tiene así su más calificado ejemplo y precedente en Arturo Prat, el marino-héroe, sí, pero también el abogado que cumple con entusiasmo sus obligaciones hacia la sociedad.
