No hay nada comparable a la teología del cuerpo
Robert F. Conkling | martes 21 de octubre de 2008 | Sección: Familia, Religión, Vida
Ofrece una visión curativa de la sexualidad humana, con la que la cultura hoy dominante no puede estar de acuerdo.
Ofrece una visión curativa de la sexualidad humana, con la que la cultura hoy dominante no puede estar de acuerdo.
El ser humano, cada uno de ellos, esconde un misterio muy grande que ha de ser respetado y admirado, pero no manipulado.
Nunca como ahora la soberbia intelectual había sido adoptada como ideología de Estado, al punto de convertirse en el principio infalible del que pende toda la utopía moderna.
Si la gente se interpone en el camino de las ideas, debe ser apartada y, si es necesario, recluida en campos de concentración o asesinada.
Los hijos no son el objetivo de un proyecto humano, sino don de Dios.
También hay otros temas importantes, pero solo se les puede dar igual relevancia en la medida en que conlleven el mismo nivel de gravedad moral que tiene el aborto.
Quien escucha la Palabra de Dios y la vive, nota que no le cabe dentro.
Educado en un ateísmo total, encontró la Fe a los veinte años, de un modo sorprendente: entró en una capilla del Barrio Latino y minutos más tarde salió católico.
El remedio de una enfermedad no es matar al enfermo. Ni siquiera porque él lo pida.
Fragmentos de “Carta abierta a la juventud”