El interés superior del niño
Álvaro Ferrer del Valle | miércoles 20 de agosto de 2008 | Sección: Familia, Sociedad
No es posible calificar como discriminación arbitraria un proceder justo y prudente: dar al niño lo que es suyo.
No es posible calificar como discriminación arbitraria un proceder justo y prudente: dar al niño lo que es suyo.
El fracaso de la “salud sexual y reproductiva” y su “sexo seguro” ha sido mundial, rotundo y estrepitoso, tanto en los países ricos como en los subdesarrollados.
El ruso más importante de la centuria pasada fue heroico en su crítica de la brutalidad soviética y en su denuncia de la mediocridad y pérdida de vigor espiritual de Occidente.
¿Había un modo propiamente allendista de articular las diversas influencias revolucionarias que había asimilado, con su propia personalidad más bien burguesa?
No es posible que una sociedad moderna produzca los bienes, referencias y claves que requiere para operar, sin el concurso de la familia como referente principal.
La condición natural del ser humano, de apariencia tan común y trivial, es el fundamento de la civilización tal y como la conocemos, y es precisamente lo que está siendo demolido.
Se termina mayo, y con él, la conmemoración de unos de los acontecimientos políticos más interesantes de la historia del siglo XX: La Reforma del mayo ‘68 francés.
En algunas cosas, hemos tenido un mal gobierno; en otras, simplemente, han sido dos años de ausencia gubernamental.
Cada vez está más difundido el uso de la expresión género, en vez de la palabra sexo, con la encubierta pretensión de eliminar la idea de que los seres humanos nos dividimos en dos sexos.