El hombre y el Estado
Pablo Sánchez Márquez | viernes 8 de agosto de 2008 | Sección: Política, Sociedad
Se aprecia una creciente demanda ciudadana para que el Estado intervenga en materias que no le son propias.
Se aprecia una creciente demanda ciudadana para que el Estado intervenga en materias que no le son propias.
No es posible que una sociedad moderna produzca los bienes, referencias y claves que requiere para operar, sin el concurso de la familia como referente principal.
Una vez que se ha traspasado el confín moral que evita tratar a cada ser humano como mero objeto de investigación “no hay punto de parada”.
La diversidad en sí misma no es buena ni mala. Será buena para una sociedad, en la medida en que enriquezca o permita la perfección de las personas que integran esta sociedad.