Hombre y Mujer. Amor y procreación a 40 años de Humanae Vitae
Prensa | martes 26 de agosto de 2008 | Sección: Familia, Religión, Vida
Los padres no son los dueños de la procreación.
Los padres no son los dueños de la procreación.
No es posible calificar como discriminación arbitraria un proceder justo y prudente: dar al niño lo que es suyo.
El cardenal Silva Henríquez calificó la toma como “uno de los actos más tristes de la historia eclesiástica de Chile”.
Toda nuestra insignificancia se resuelve en una sola palabra: Falta de alma… ¡Crisis de hombres! ¡Crisis de hombres! ¡Crisis de Hombre!
El fracaso de la “salud sexual y reproductiva” y su “sexo seguro” ha sido mundial, rotundo y estrepitoso, tanto en los países ricos como en los subdesarrollados.
Quería renovar el mundo, atormentado por inquietudes y violencias, mediante «la civilización del amor».
Cuarenta años después, está plenamente vigente el camino hacia la felicidad propia y de los demás que señalara Pablo VI en Humanae Vitae. Sus numerosos críticos resultaron estar profundamente equivocados.
Las adolescentes se han convertido en el grupo de población con mayor frecuencia de uso de los métodos postcoitales.
Él entregó su vida –fue al encuentro solemne con la muerte–, por esos bienes que llevaba consigo, amados sin mancha de egoísmo y simbolizados en esos objetos que portaba: Dios, patria y familia. El sabía que esos bienes eran, a fin de cuentas, los únicos por los que valía la pena vivir y, por eso mismo, los únicos por los que valía la pena morir.
La revalorización y veneración de un sentido riguroso del deber funcionario, como eje del servicio público, tiene así su más calificado ejemplo y precedente en Arturo Prat, el marino-héroe, sí, pero también el abogado que cumple con entusiasmo sus obligaciones hacia la sociedad.