José Ignacio Palma | lunes 16 de octubre de 2023
En las últimas semanas ―a propósito de la discusión constitucional en Chile, sobre las enmiendas que disponen “todo ser humano es persona” y “la ley protege la vida de quien está por nacer”―, han aparecido voces desde el centro liberal (ya sea un poquito más a la derecha, o un poquito más a la izquierda) exigiendo a consejeros constitucionales de inspiración cristiana un supuesto gesto de grandeza. En términos simples, la solicitud se resume de la siguiente manera: “Yo sé que usted piensa así, y lo respeto, pero por el bien de Chile, vote asá” (siendo esto último, era que no, muy parecido a lo que ellos mismos votarían de haber conseguido más consejeros).
La petición resulta curiosa, pues ella supone traicionar las bases de un sistema ―la democracia liberal― que ellos mismos han sido tan férreos en defender. Un breve repaso de ciertas cuestiones teóricas nos permitirá entender esta afirmación con mayor lucidez.
No es ningún misterio que la democracia liberal es un producto moderno que surge, entre muchas otras razones, debido al ...