El Grupo de los Trece y la compleja relación de la DC con el 11 de septiembre

José Tomás Hargous Fuentes | Sección: Historia, Política

Este sábado falleció Mariano Ruiz-Esquide (1930-2024) a los 93 años. Médico Cirujano de la Universidad de Concepción, realizó una beca de hematología en la Universidad Central de Madrid. Si bien tuvo una carrera no despreciable como médico, la historia lo recuerda como un importante actor de la política chilena del siglo XX. Siempre en su tierra y al alero del Partido Demócrata Cristiano (PDC), comenzaría sus andaduras políticas como regidor de Talcahuano, una especie de concejal. A continuación, entre 1965 y 1973 ejercería como diputado por la 17.ª Agrupación Departamental, conformada por Concepción, Coronel, Tomé, Talcahuano y Yumbel. Probablemente ese último hito sería el que marcará su carrera política: el 11 de septiembre de 1973.

La acción de las Fuerzas Armadas (FFAA) y Carabineros tuvo un amplio respaldo popular, gremial y partidario. Entre estas últimas agrupaciones, destacarían dos que serían leales al gobierno dirigido en ese entonces por la Junta Militar: el Partido Nacional, representante de las derechas conservadoras y liberales, y el citado Partido Demócrata Cristiano (PDC), proveniente de una escisión reformista del Partido Conservador –la Falange Nacional–. Los falangistas por mucho tiempo han intentado negar el respaldo de su partido al General Augusto Pinochet, sin embargo las declaraciones de sus principales líderes, Eduardo Frei Montalva y Patricio Aylwin (aquí y aquí), no dejan atisbo de duda: la Democracia Cristiana (DC), de forma institucional, apoyó el golpe de Estado de 1973 y adhirió a la Junta Militar durante sus primeros años.

Ante dicho respaldo institucional un pequeño grupo manifestaría su rechazo rotundo. El llamado Grupo de los Trece emitiría una declaración el 13 de septiembre de 1973 manifestando que “Condenamos categóricamente el derrocamiento del Presidente Constitucional de Chile, señor Salvador Allende, de cuyo Gobierno, por decisión de la voluntad popular y de nuestro partido, fuimos invariables opositores. Nos inclinamos respetuosos ante el sacrificio que él hizo de su vida en defensa de la Autoridad Constitucional”.

Esta declaración de seis puntos sería firmada por trece importantes dirigentes democratacristianos, entre los cuales se encontraba quien falleció en los últimos días: Bernardo Leighton, José Ignacio Palma, Renán Fuentealba, Fernando Sanhueza, Sergio Saavedra, Claudio Huepe, Andrés Aylwin, Mariano Ruiz-Esquide, Jorge Cash, Jorge Donoso, Belisario Velasco, Ignacio Balbontín y Florencio Ceballos. Cada uno de ellos ejercía importantes funciones en su partido: seis de los trece eran diputados y uno senador –exonerados el 11 de septiembre–, dos ex ministros –entre ellos un ex vicepresidente–, un ex Presidente del Senado y uno de la Cámara, un ex intendente de Santiago, un ex delegado ante la ONU, entre otros connotados dirigentes falangistas. Llama la atención que no firme Radomiro Tomic, ex candidato presidencial del bando ubicado a la izquierda del partido, y que propugnaba el apoyo a la Unidad Popular (UP).

La influencia de dichos dirigentes hace relevante la pregunta de qué posición habrían tomado los “camaradas”, es decir, los militantes de un partido que, como mostramos en otra ocasión, sería “el gran elector”. Naturalmente, parte de sus militantes se decidiría por las almas ubicadas a la izquierda del partido, mientras que otros por los ubicados a la derecha, que posteriormente serían conocidos como “chascones” y “guatones”, respectivamente. Obviamente, es muy difícil saber a ciencia cierta cuál sector tendría más apoyo de sus militantes. Sin embargo, una forma que permitiría acercarse a la respuesta sería comparar las elecciones presidenciales. Efectivamente, en 1964 y 1970 postularían candidatos de una y otra alma: Eduardo Frei, electo en 1964 con 1.409.012 votos, y Radomiro Tomic, que quedó tercero en 1970 con 824.849 sufragios, la mitad de las preferencias que obtendría Frei como senador ese mismo año (398.238).

Estas cifras hacen suponer que el sector “conservador” de la Democracia Cristiana sería bastante superior al “revolucionario”. Por de pronto, los sectores más radicales de izquierda dejaron el partido para crear el Movimiento de Acción Popular Unitaria (MAPU) en 1969 y la Izquierda Cristiana (IC) en 1971. Es decir, los sectores “progresistas” de la DC ya habrían dejado el partido prácticamente en su totalidad al momento del golpe de Estado, salvo por algunas excepciones como los trece firmantes de la citada declaración. 

Tanto es así que otros importantes dirigentes democratacristianos apoyarían al gobierno militar hasta bien avanzados los años 70 u 80. William Thayer, otrora ministro de Frei y rector de la Universidad, en 1974 asumiría como miembro del Consejo Ejecutivo de la UNESCO en reemplazo de Neruda, fue asesor del Canciller, integrante de la Comisión Legislativa II de la Junta, director ejecutivo de TVN, consejero de Estado y fundador del Movimiento Social Cristiano, formado por ex democratacristianos leales a la Junta, que después se afiliaría al Frente Nacional del Trabajo y finalmente a Renovación Nacional. Paralelamente apoyaría la reforma laboral de José Piñera. Después de 1990 sería senador institucional en su calidad de ex rector.

Juan de Dios Carmona, por su parte, quien fuera ministro de Frei, senador y Presidente de la Cámara, entre otros cargos, sería consejero de Estado e integrante desde 1977 de la Comisión de Estudios de Nueva Constitución (CENC), más conocida como la “Comisión Ortúzar”, y de la Comisión Asesora para el Estudio de las Leyes Orgánicas Constitucionales, así como Embajador en España por tres años. Junto a Thayer fundaría el citado movimiento de falangistas leales al régimen.

Finalmente, está el caso de Alejandro Silva Bascuñán. Miembro de la Acción Católica, sería fundador de la Falange y militante democratacristiano. Llegaría a ser presidente del Colegio de Abogados entre 1964 y 1975, profesor de derecho constitucional de la Pontificia Universidad Católica de Chile e integrante de la “Comisión Ortúzar”, cargo que dejaría en 1977 por sus diferencias con el régimen. Posteriormente fundaría el Grupo de Estudios Constitucionales, conocido como “Grupo de los 24”, que promovería una propuesta constitucional alternativa a la plebiscitada en 1980.

De todas formas, al poco andar el partido tomaría la decisión de dejar el gobierno y unirse a los partidos de izquierda que se estaban reorganizando para enfrentar a la Junta Militar. De hecho, Eduardo Frei sería líder de la oposición a la Constitución de 1980. Luego, con el itinerario de la transición ya delineado por dicha Carta Magna, la DC optaría por encauzar una oposición al régimen dentro de la cancha delineada por el mismo. De esta manera, sin el apoyo de la DC a la izquierda probablemente Pinochet no habría entregado el poder a la Concertación. Esto porque la DC era el partido más grande, sin el cual era prácticamente imposible construir mayorías electorales.

El fallecimiento de Mariano Ruiz-Esquide nos hace recordar la compleja relación de la Democracia Cristiana con el 11 de septiembre de 1973. Al contrario de lo que sostienen sus dirigentes en la actualidad, el partido no fue opositor al gobierno militar desde sus inicios y, por el contrario, ese día produciría un profundo quiebre interno entre sus militantes. Si bien el partido apoyaría de forma institucional el golpe y el posterior gobierno militar hasta circa 1975, habrá militantes que ejercerán oposición al régimen desde sus inicios, como el Grupo de los Trece, y otros que deberán dejar el partido por apoyar al régimen hasta el final, como los fundadores del Movimiento Social Cristiano, así como algunos que llegarían más allá que el Partido pero que lo dejarían de todas formas, como Alejandro Silva Bascuñán. Esto confirma que es una relación incómoda para las distintas almas del mundo falangista, sigan o no en el Partido fundado por Eduardo Frei, Patricio Aylwin y Bernardo Leighton.