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Buenas noticias

A falta de poco más de un mes para la primera vuelta presidencial, ya se ha ido consolidando la tendencia de lo que probablemente ocurrirá ese 21 de noviembre. De a poco hay más certezas que dudas, habiendo tres candidatos que disputan pasar a la segunda vuelta, lo que vuelve ‘entretenido’ el panorama: Gabriel Boric, representante de la izquierda radical, Sebastián Sichel, liberal progresista de centro apoyado por la derecha tradicional, y José Antonio Kast, representante de los desencantados de dicha derecha tradicional. 

Algo que tienen en común los tres candidatos es que han superado ampliamente las expectativas de la opinión pública, desafiando los pronósticos de los analistas y del establishment político, quienes quedan anonadados por el yerro en la puntería de sus predicciones como pitonisos. De hecho, durante el primer semestre y hasta la primaria había tres candidatos a la segunda vuelta –Daniel Jadue, Pamela Jiles y Joaquín Lavín–, ninguno de los cuales pasó las etapas necesarias para llegar a la elección de noviembre. 

Así, Boric y Sichel derrotaron a los poderosos de sus sectores, como el Partido Comunista o el experimentado “gallito de pelea”. A ellos se les sumó por breve tiempo Yasna Provoste y, desde el segundo semestre, José Antonio Kast en el tercer lugar y aspirando al segundo. De esta manera, los que hoy puntean en las encuestas son los mismos que a principios de año eran despreciados como los sin opciones. 

Hace un mes era evidente que los más competitivos eran Boric y Sichel, pero hoy es cada vez más probable el paso de Kast. De hecho, las últimas encuestas muestran una tendencia al alza del candidato del Frente Social Cristiano (FSC) en desmedro del aspirante de Chile Podemos +. Incluso, en las encuestas de esta semana de Pulso Ciudadano y Cadem, Kast ya superó a Sichel como el más probable postulante de derecha al ballotage.

Hay distintos factores que pueden explicar el ascenso de Kast y la caída de Sichel, varios de los cuales ya han sido explicados por los analistas. Entre ellos, la claridad del discurso de Kast, posicionado con fuerza a la derecha (conservadora y liberal) del espectro, y la consistencia entre pensar, decir y hacer, frente a un discurso líquido de Sichel, fuera del relato biográfico de la meritocracia que, por supuesto, es valioso testimonio personal, pero se descompensa por su constante vitrineo de partidos políticos como si fueran chaquetas o automóviles, en clara contradicción con su retórica antipartidos. 

Además, el candidato apoyado por la centroderecha ha mostrado en las últimas semanas una discordancia entre decir y hacer, por ejemplo, respecto de los retiros de los 10% de los fondos de pensiones. Todo eso suma puntos para Kast por parte del votante de derecha –particularmente de las bases de la UDI– en desmedro de Sichel. Otro punto que no hay que desmerecer es que Kast tiene una experiencia política de tres décadas, en cambio Sichel lleva pocos años en primera línea.

Esto lleva a pensar quién puede tener más opciones en una eventual segunda vuelta contra el candidato del Frente Amplio (FA). La gran ventaja de Sichel es la maquinaria partidaria, junto con la capacidad de convocar a votantes de centroizquierda, centro y derecha, la cual demostró en la primaria pero le ha complicado consolidar con miras a la primera vuelta. El principal atractivo de Kast, por su parte, ya la hemos adelantado, y se refiere a su consistencia entre principios, palabras y hechos, y a la valentía para defender ideas por minoritarias que sean o parezcan. 

Finalmente, ambos tienen un discurso no ideológico, enfocado en conocer las necesidades reales de las personas y proponer un programa orientado a resolverlas, y la posibilidad de pasar a segunda vuelta se jugará muy probablemente en cómo logren capitalizar este atributo compartido por ambos. Esto será fundamental explotarlo por parte del candidato que finalmente enfrente a Boric en diciembre, articulando un discurso de libertad versus socialismo, y de la verdad contra la ideología.

Este ascenso de José Antonio Kast como probable representante de la derecha en el balotaje, mantiene fuertemente la oportunidad que hemos esbozado en nuestras columnas, de reconstruir las bases de la derecha conservadora y socialcristiana. Como dijimos en nuestra última columna, “con una centroderecha agonizante, sin un ideario político claro y aferrada a un candidato con un origen e ideas ajenos al sector para mantenerse en el poder, el Frente Social Cristiano tiene una gran oportunidad de convocar a los desencantados de Chile Vamos, que defienden la vida, la familia y el dinamismo de los cuerpos intermedios como base de una sociedad justa y solidaria”. Buenas noticias para cerrar el mes de la Patria.