El diputado Gonzalo Winter, elegido con solo el 1.2% de los votos, refiriéndose a esta acusación dijo: “Es el deber de la Cámara de Diputados fiscalizar los actos del Gobierno”. Y luego agregó: “Si bien dada la magnitud de la crisis que vive el país puede verse extraño que el Congreso priorice una acusación constitucional, hay que entender que la Constitución mandata a la Cámara de Diputados fiscalizar los actos del Gobierno. No podemos desentendernos de esa responsabilidad”.
Curioso que para acusar al exministro Mañalich, porque según ellos nos heredó un desastre sanitario de proporciones, apelen a la Constitución. Pero desconocerla y no respetarla, al presentar y votar favorablemente proyectos o indicaciones que presentan rasgos de insconstitucionalidad o son derechamente inconstitucionales, no tienen problema alguno. Tan solo este año han sido autores de 11 iniciativas con esas características.
Esa es su ética, se jactan de hacerlo, pero tienen el descaro de querer convencer al país que su acción contra Jaime Mañalich es por un deber constitucional. Para eso, diversos partidos del FA están buscando todos los antecedentes, a fin de seguir adelante con el libelo acusatorio.
Pero no es todo. La diputada Alejandra Sepúlveda, del FRVS, va más allá, pues dice que no solo es el exministro Mañalich quien tiene responsabilidades por las que responder; según ella, el control de la pandemia desde el punto de vista sanitario no es suficiente si no se complementa con medidas económicas. Ella las califica de insuficientes, por lo que habla de una doble responsabilidad en la situación actual: del ministro de Hacienda Ignacio Briones y de Jaime Mañalich.
Y en esto tienen comparsa. Desde la mesa de Unidad Social, a.k.a. PC, manifestaron su apoyo a la acusación constitucional y emplazaron al Congreso a partir lo antes posible con las gestiones del caso, porque no quieren correr riesgos de fracaso, como fuera el intento de acusar al Presidente. Uno de sus dirigentes, el vicepresidente de la Confusan, Esteban Maturana, dice que no es posible que el exministro se retire a sus cuarteles de invierno simplemente como si no hubiera pasado nada, aludiendo, según él, a que Chile es el país que ha tenido el peor manejo de la pandemia a nivel mundial, lo que es una gran mentira.
Este nuevo intento de la izquierda radical de acusar constitucionalmente a quien puso en riesgo su propia vida y la de su familia para que el sistema de salud no colapsara y -como ha sido hasta ahora- que a nadie le faltara un respirador en caso de necesidad, es ignominioso.
Al FA y al PC, los sectores más radicales de la oposición, solo les interesa que al gobierno le vaya mal. Ya intentaron derribarlo durante la otra crisis, y ahora, con la acusación constitucional, pretenden demostrar que el gobierno fracasó en su estrategia contra la pandemia, y que además no se preocupa de asistir a quienes más lo necesitan, de ahí la mención al ministro Briones. Lo que no entienden estos señores es que el país no está para circos y si se quieren dar un gustito atacando al gobierno, tendrán el repudio de los millones de chilenos que apoyan la gestión realizada por el exministro Jaime Mañalich. Terminen con el descaro.
Nota: Este artículo fue publicado originalmente por El Líbero, el domingo 21 de junio del 2020.