- VivaChile.org - https://viva-chile.cl -

Imaginación en humanidades

Diagnosticamos bien y nos empeñamos en las soluciones acordadas: esa parece ser una característica de los profesionales chilenos.

Pero, de imaginación para buscar los mejores métodos y para plantear los más fecundos proyectos, ¿cómo andamos?

La gran ausente”: así llamó Alejandro Llano a la imaginación, hace ya 35 años, no precisamente hablando de Chile, sino más bien refiriéndose a nuestra modernidad toda, tan racionalista y autocomplaciente ella.

En nuestras actuales circunstancias, “la gran ausente” pide pista, clama por fueros perdidos y ofrece alta rentabilidad.

Con toda seguridad, hoy hay miles de emprendedores que están discurriendo novedosas formas de prestar servicios, de atender necesidades y, por supuesto, de obtener réditos.

¿Y en la tarea formativa de las Humanidades, no plantean acaso los problemas del momento exigencias también muy fuertes a la imaginación, para que se pueda suplir del modo más eficaz la ausente relación cara a cara?

Sólo dos ejemplos (los demás quedan disponibles para… la imaginación).

Primero. Se han visto en estos días críticas muy duras a los modos de evaluar los conocimientos universitarios a través de los cursos en línea.

¿Y dónde ha quedado el ensayo como la solución más imaginativa para saber si los alumnos han comprendido una materia? (ensayar es justamente lo propio de la imaginación).

¿Quiere usted saber si han conocido y comprendido los objetivos de Arturo Alessandri en su primera presidencia y de qué instrumentos se valió para intentar cumplirlos? Pídale a sus alumnos que escriban, en la próxima hora y media, el siguiente ensayo: “Yo soy Luis Emilio Recabarren y me opongo a las políticas de Alessandri con estas ideas y con estas acciones”. Que usen el material que quieran; pero sobre todo, que piensen y escriban. La imaginación del profesor al preguntar y la de ellos al escribir, potenciadas (por supuesto, el profesor tendrá después que corregir; ardua tarea, pero ¿no es acaso ésa su vocación de educador?)

Segundo. El despliegue de la formación de adultos en Historia, Filosofía, Ciencia Política, Teoría del Arte, Literatura, etc. Se están desarrollando muchas iniciativas valiosas, vinculadas a las universidades, a medios digitales, a centros culturales, etc.

Pero, ¿porqué no asociar concursos a cada una de ellas? ¿Porqué no sugerirle  a los participantes que los tres mejores comentarios a cada conferencia  -máximo de un minuto y que se envíen grabados con imagen desde el propio computador-  serán emitidos en la próxima sesión del ciclo y premiados con un libro relativo a la materia expuesta? (por supuesto, el profesor tendrá que ver decenas, para escoger los mejores, pero ¿no es acaso ésa su vocación de educador?)

Y si le metemos imaginación, tantas otras ideas pueden ayudar a mejorar la formación en Humanidades en tiempos de pandemia.