Las últimas semanas han abundado en noticias sobre una carrera presidencial en la centroderecha, que de tanto ser negada resulta abiertamente confirmada. El Presidente y los mandamases de los partidos de Chile Vamos se han encargado personalmente de esta misión.
¿Es esto bueno o malo? Depende del ángulo que se lo mire. Para el gobierno en ejercicio sin duda resulta negativo: la situación colabora a aumentar una sensación de cierto fracaso en su gestión (con relación a las expectativas) que ha ido tomando cuerpo en la opinión pública. Sería indicio de un grado de irrelevancia que estaría forzando a dar vuelta la página y mirar lo porvenir. Para los partidos y potenciales candidatos implica comenzar a “quemar las naves” anticipadamente con el riesgo de desgastar energías vitales antes del momento oportuno. Con todo, el fenómeno es bastante comprensible. Durante 16 años la contienda presidencial ha sido monopolizada por Bachelet y Piñera, un casi seguro candidato para 2021 saca ventaja en las encuestas aprovechando hábilmente su sitial en la comuna más rica del país, y el primer mandatario comete la imprudencia (¿o no?) de alabarlo públicamente. ¿Qué otra cosa cabría hacer al resto de los interesados, sino saltar al ruedo?
Este escenario ha agitado las aguas no solo internamente en la coalición de gobierno. Numerosos dardos, provenientes de la misma, han tenido como blanco a José Antonio Kast (JAK) y el Partido Republicano (PR), en proceso de formación. El ex abanderado presidencial nunca ha negado sus intenciones de volver a postular a la primera magistratura y la nueva tienda debe su génesis a que el sistema electoral lo impone como imprescindible para quienes quieran participar y contar con representación permanente de sus ideas y principios en sede política. En síntesis, los fundadores del movimiento Acción Republicana no han tenido más alternativa práctica que dar también origen a un partido político. Este simple hecho ha modificado significativamente la realidad para la centroderecha criolla.
¿Deben JAK y el PR -una vez conformado legalmente- ser invitados a ser parte de Chile Vamos? ¿O hay que esperar que los primeros lo soliciten? ¿Es mejor que JAK concurra a las primarias de la alianza oficialista o se puede dejar que vaya, por fuera, directamente a primera vuelta presidencial? ¿Y qué pasaría con la eventual lista parlamentaria que el PR quiera levantar? ¿Cómo impactaría a Chile Vamos? Se aprecia innegable nerviosismo en el sector con la creciente y sólida irrupción de la nueva fuerza de derecha, a estas alturas imposible de negar u ocultar para nadie (incluyendo las encuestas que la minimizan).
Esta situación no dejará de cobrar relevancia en los meses que vienen, cuando se acerquen las fechas definitorias, más todavía porque actualmente no parecen darse las condiciones mínimas para que JAK y sus seguidores participen de una lista común con sus posibles aliados naturales.
Nota: Este artículo fue publicado originalmente por La Tercera en https://www.latercera.com/opinion/noticia/carrera-presidencial-la-centroderecha/771459/, el miércoles 7 de agosto de 2019.