Atenas según Carcuro

Patricio Domínguez | Sección: Historia, Sociedad

Tenía ganas de escribir algo humorístico o estético, y alejarme del tono de “denuncia” de mi último artículo. Pero al ver el capítulo sobre Atenas de “Europa mía” (TVN), conducido por el comentarista deportivo Pedro Carcuro, no me queda otra que lanzar este “yo acuso”.

(El capítulo entero está disponible en este vínculo.)

El fondo de toda la cuestión no es criticar sin más a un programa de la TV chilena, sino meditar acerca de lo pobre que nuestra cultura masiva y lo poco serio que somos como país. Advertencia al lector: esta meditación no pretende ser “positiva”. Si Ud. quiere leer algo más optimista sobre el Chile de hoy o piensa que preocuparse de estos temas es “elitista” y que no toca las  “problemas reales de la gente”, le recomiendo darse una vuelta por otros blogs.

 

1. La imaginación carcuriana. Me parece que es legítimo preguntarse: ¿Qué hace Carcuro –el meloso comentarista deportivo– conduciendo un programa sobre ciudades extranjeras? En realidad, cualquiera podría conducir un programa de viajes, cuando el tema es justamente mostrar cómo es una ciudad para un turista. Pero Carcuro no quiere ser un simple turista. Carcuro pretende ser un investigador, un historiador, un sociólogo, que nos abre las puertas a la realidad ateniense actual. Por eso nos informa que en Grecia hay una nueva tendencia religiosa: “cada día más griegos adoran a Zeus, Atenea, Poseidón”. Pero estos griegos politeístas son acosados e instigados por el estado ortodoxo. “La Iglesia Ortodoxa tiene un poder aplastante. Por primera vez siento en carne propia lo que es la restricción a la libertad religiosa. Es algo que te angustia”, relata Carcuro con su voz repelente. En la imaginación de Carcuro, lo griego tiene que ver únicamente con dioses, mitos y ruinas; con Brad Pitt matando troyanos. Por eso le dedica una parte importante de su documental a un grupo de marginales que se reúnen, según la poesía de Carcuro, “en la oscuridad del bosque”, para vestirse con túnicas y hacer juramentos dentro una pieza decorada con  imitaciones de cartón piedra.

Dentro de la imaginación de Carcuro, el cristianismo de 20 siglos, lo bizantino, no forma parte de lo griego. El restorán que eligen para conocer la “comida griega” es un restorán (cartón piedra) donde sólo se come comida griega “antigua”, y donde las garzonas van disfrazadas con túnicas. La visión que muestra Carcuro de Atenas es tan de mal gusto como sería ir a Roma y buscar a un grupo de italianos que adora a Júpiter y luego ir a un restorán con triclinios donde los mozos van vestidos de gladiadores.

 

2. La crisis económica. Grecia es, además del país de “las ruinas y los dioses”, el país en crisis. La Atenas de Carcuro es un eterno barrio lleno de grafitis, mendigos y encapuchados. En la mente de Carcuro, Grecia se reduce o bien a restoranes de cartón piedra o a crisis económica. Cualquiera en su sano juicio sabe que una ciudad con miles de años no se reduce a su estado económico actual, sea de pobreza o prosperidad. Pero Carcuro, sumo sacerdote del lugar común, nos invita a descubrir que todo es crisis. No hay lugar en su programa para la historia contemporánea de Grecia, ni su arte, ni nada, sino para hacer pseudo-reflexiones sobre el “salto al vacío” de Atenas en comparación al esplendor de antaño (¿siglo V a.C.?) De este modo, Carcuro se limita a imitar los clichés de nuestros economistas “jaguares”, que en sus serias columnas están a acostumbrados a referirse a Grecia o Portugal como “economías en crisis”, sin darse cuenta de que cualquier griego o portugués lloraría de pena al ver la pobreza del Chile real.

 

3. La embajadora. Pasemos a la embajadora. Pedro entrevista a la embajadora de Chile en Grecia, Carmen Ibáñez. ¿Carmen Ibáñez, la “regalona”? Sí. ¿Qué diablos hace Carmen Ibáñez de embajadora en Grecia? Si la promesa de Piñera de poner a los “mejores” siempre fue dudosa, esto es una broma de mal gusto. ¿Qué diablos estaba pensando Piñera o el ministro de relaciones exteriores cuando se nombró a Carmen Ibáñez como embajadora en Grecia? ¿No habrá alguien en todo Chile que pueda hacer mejor el trabajo de embajador en Grecia? ¿Por ejemplo, algún diplomático de carrera o alguien que sepa griego? Carmen Ibáñez reconoce no saber griego, pero ¡tranquilos!: está aprendiendo. A mi no me cabe en la cabeza que se pueda trabajar de diplomático sin saber la lengua que se habla en el país de destinación. ¿Se imaginan al embajador de Chile en Inglaterra excusándose ante el primer ministro de no saber hablar inglés, pero pidiéndole confianza, porque “está aprendiendo”? El hecho de haber destinado a Carmen Ibáñez como embajadora en Grecia dice mucho: el gobierno de Piñera considera a Grecia un país insignificante, una especie de Hawai para que el embajador de turno retome sus hobbies perdidos (El hobby de Carmen Ibáñez es la gimnasia). ¿Por qué? Porque es pequeño y está en “crisis”. Para la tecnocracia de nuestro país, los países valen únicamente por su PIB. No cabe la posibilidad de pensar a Grecia o a Portugal como países interesantes desde el punto de vista educativo y cultural. El derechismo de Piñera y el izquierdismo de farándula de Carcuro coinciden en el desprecio de lo que no entienden. Grecia es para ellos un país irrelevante lleno de ruinas antiguas, burócratas y pordioseros.

 

Conclusión. La televisión chilena se encuentra hace décadas en un estado de decadencia continua. Los programas que podrían ser la excepción, como “Europa mía”, sólo confirman la regla. Se gastan millones en producir algo de pésimo gusto, superficial y engañoso. Y son los millones de todos los chilenos, puesto que TVN es el canal estatal. Programas como el de Carcuro nos aíslan en nuestro provincianismo mental y nos encierran cada día más en nuestra burbuja de farándula y politiquería. Creo que el próximo capítulo de la serie trata sobre Alemania. Si es consecuente con la línea,  me imagino que todo estará reducido a nazis, merecedes-benz, cerveza y sobre todo… el PIB de Alemania.

P.D. Ya que me preguntan por una solución, yo propondría echar a Carcuro, transformar TVN en un canal de educación, noticias y documentales y sacar ipso facto a la “regalona” de su puesto.

 

 

Nota: Este artículo fue publicado originalmente por el autor en el blog Ruleta Rusa, http://ruletarusablog.wordpress.com.