Colocados mejor que en cualquier otra oprtunidad referente a la Elección Presidencial de diciembre, es preciso recordar a la ciudadanía el tipo de competencia que tendrá lugar. Sí, puesto que no podía ser de otra forma, todos los espectros políticos de Izquierda unidos para bloquear a la Derecha, no por antojadizos, no por su supuesta «ética», ni tampoco por el malentendido monopolio de la paz y la solidaridad social. Se trata de un tema de sobrevivencia personal.
Hilando en un fino análisis, ¿qué será de todos quienes hoy subyacen el aparato estatal de perder la elección presidencial? Dífícil responder. Seguramente algunos, como el chivo expiatorio de Frei, continuarán ocultando a la opinión pública los recursos de los cuales se ha valido para su fuerte carrera empresarial, y seguirá hasta el último día del referendo auto-victimizándose.
Esto no es nuevo. Basta recordar el «Femicidio Político», cosa que logró desviar la atención política real hacia una nebulosa de supuestos ataques personalistas en el peor momento del actual gobierno.
Pero, ante esto hay una vital e incontrarrestable contradicción: esta competencia es, para el oficialismo, una campaña de desprestigio y ataques personales hacia Sebastián Piñera. Esa es la «solidez» de la Concertación, y de la Izquierda en general. Claro, ya que un demócratacristiano es más aprovechable como punta de lanza en una eventual derrota que cualquier otra vaca sagrada como Ricardo Lagos, Insulza, Velasco o inclusive Gómez. Escalona y Pepe Auth no son lo suficientemente ingenuos como para sacrificar con el estigma de la pérdida a sus colectividades.
Con todo, las divergencias continúan, y se presenta la vía alternativa a Frei en Marco Enríquez-Ominami. Ahora, en diciembre, y no en Primarias. El cálculo oficialista falló. La gente ya ha perdido el efecto hipnótico que logró que la Alianza perdiera en el enfrentamiento Lagos-Lavín, o que no se haya sancionado la gestión paupérrima del gobierno de Frei como era indicado. Allí es donde, según la Izquierda, Enríquez es material utilizable. Una suerte de Plan B que pierde su solidez al analizar sólamente la tripulación de su Barco. Todos rescatados del naufragio del Titanic del Capitán Escalona. Pero como es mejor que Frei, puede «bloquear» a Piñera.
Y por último, está Arrate, quien es capaz de sonreír con Aylwin y con Lautaro Carmona, dependiendo de los factores climáticos. Ex-Ministro de la Concertación, no fue sino por una maniobra del PC que se «transformó» de un día para otro en Revolucionario. Puede ser que siempre haya tenido una orientación Marxista, pero en su caso particular el pasado lo condena, al igual que Frei.
Alfonso Méndez R.