“Hombre y Mujer. Amor y procreación a 40 años de Humanae Vitae”, es el nombre del seminario que organizó la Dirección de Pastoral y Cultura Cristiana de la Pontificia Universidad Católica de Chile para conmemorar los 40 años de la encíclica de Pablo VI.
En la actividad participaron Monseñor Fernando Chomali, el rector de la Academia Internacional de Filosofía, Josef Seifert, y el director de estudios de la entidad organizadora, Carlos Casanova.
En su presentación, el profesor Seifert desarrolló una reflexión filosófica respecto de la encíclica del Papa Paulo VI, a través de la cual argumentó la inmoralidad de la anticoncepción. El académico, entre otras razones, sostuvo que no es moralmente permisible para un hombre separar activamente el acto conyugal de la procreación. Agregó que, como lo formuló Humanae Vitae, los padres son ministros, no dueños de la procreación ya que los padres no pueden hacer niños y su alma debe ser creada directamente por Dios; que la sexualidad humana es la única esfera de cuerpo humano destinada a jugar un papel decisivo en el llegar a ser de nuevas personas; y que “la píldora es la muerte del amor porque conducirá a una actitud consumista en relación con el sexo y a la explotación de las mujeres”.
Por su parte, Monseñor Fernando Chomali planteó que las personas son un fin en si mismo y no un medio, por lo tanto los hijos no son una amenaza de la cual hay que defenderse. Agregó el religioso que el tipo de amor al que está llamado el ser humano es el de la amistad; es decir, querer al otro en cuanto otro; sin embargo nuestra sociedad no lo entiende así. En ese contexto la Iglesia Católica enseña que la sexualidad adquiere valor cuando se integra al amor, en contraposición con la sociedad mercantilista que lo usa muy hábilmente para vender.
“Cada acto humano implica espíritu, por eso la Iglesia tiene en tan alta estima el acto sexual y hoy está alerta para no desnaturalizarlo”, señaló Monseñor Chomali
Por su parte, Carlos Casanova se preguntó: ¿por qué tiene tantas dificultades la razón natural en nuestra época para reconocer las doctrinas centrales de la encíclica Humanae Vitae? Casanova afirmó que el Papa sabía que del consecuencialismo y los medios de comunicación, controlados básicamente por los Estados Unidos, provendría la más temible oposición a la encíclica, con propósitos que nada tienen que ver con la filantropía o la explotación responsable de los recursos. Esta razones filantrópicas o ecológicas, con la máscara consecuencialista o proporcionalista brindada por los pseudo-teólogos, son sobre todo pretextos para custodiar la seguridad exterior de las naciones ricas.