La última cima

Julio Francisco Pozo Lazo | Sección: Arte y Cultura, Religión


 “Si hoy crucifico a un sacerdote en público, me van a dar importantes premios. En cambio… si habló bien de un cura ¡me van a crucificar a mí!” Este es el genial inicio de una cinta que marcaría profundamente mi vida.

Con un comienzo llamativo que descoloca, como la caricatura de la silueta de un sacerdote clavado en la cruz, en la cual se podría enmarcar a cualquier religioso, desconcertando pensar en qué dirección va esta película.

Pienso en los sacerdotes que han sido condenados por la justicia canónica y/o civil. Pienso también, en aquellos que están siendo investigados por denuncias de abusos sexuales, que le han quitado crédito a la Iglesia Católica, que tanto ha hecho por humanizar el mundo. Tal como lo dice un joven en el documental “lo malo que hace un sacerdote es lo que queda”.

Pero a renglón seguido, se nos presenta la vida del Padre Pablo Domínguez Prieto, un gran amigo con quien, sin haberlo conocido en vida, comparto un lazo profundo y alguien en quien siento puedo confiar. Esto es lo que produce el documental “La Última Cima”. Un trato cercano y empático con un buen sacerdote.

El cura Pablo no se hizo conocido por ser mediático, polémico o por estar involucrado en algún escándalo, no era tampoco misionero, ni fundador de una gran congregación, no era ni siquiera párroco, sin embargo “su vida vale la pena ser conocida”, tal como dice el Director de la película, Juan Manuel Cotelo.

El relato va más allá del sacerdote montañista que muere en la cumbre del Moncayo, sino más bien de una persona que antes de su última cima hizo todas las cosas buenas que a uno le gustaría hacer. En chileno “un gallo aperrado”. Un ser cercano y sencillo que vivía la santidad en la cotidianeidad. Un gran confesor que al irlo conociendo ayuda a enamorarse más de Dios.

Un hombre capaz de dialogar y establecer amistad con ateos, anarquistas, homosexuales, personas sin acceso a la fe, con cualquiera. Descoloca, con su humor, su ironía y consejo preciso y desconcertante. Le responde a todos sus inquietudes, que son también las mías, y a través del testimonio de quienes lo conocieron, me habla hoy directamente, como un amigo.

Una película que es la vez una completa catequesis o introducción al cristianismo, destacando el mensaje de cómo vivir y abordar el dolor y la muerte. Un temazo, donde muchas veces se piensa que Dios está ausente o que hace oídos sordos, cuando en realidad es todo lo contrario.

Pero una cosa es conocer a Pablo y otra es descubrir a Cotelo. Un genio de la evangelización en la cultura, que a través de producciones audiovisuales como ésta, le habla en primer lugar a aquellos que no han tenido acceso a la fe. Un autodidacta que ha decidido dedicar su vida, familia incluida, señora y tres pequeñas hijas preciosas, para darles a conocer a otros este gran mensaje de salvación en pantalla grande. Tal como nos ha instado el Santo Padre Benedicto XVI en el llamado al Sínodo para «La Nueva Evangelización en la transmisión de la fe cristiana«.

Siento que ante los signos de los tiempos, la Ultima Cima es un verdadero bálsamo para refrescar la fe en Dios y en su Iglesia, para ser feliz en esta vida y en la próxima. Una película con tantas finezas que invitan a verla una y otra vez para volver a descubrirlas.

Un documental de esos que en medio de un mundo frivolizado, ayudan a volver la mirada hacia lo trascendente y donde el gran protagonista no es Pablo, ni Cotelo, sino que el que se lleva todos los premios es Dios.

 

 

La Última Cima

Duración:        82 min. aprox.

Género:          Documental

Calificación:    Todo espectador

Idioma:          Castellano

Sistema:        DVD formato NTSC – Zona 4

Disponible en www.areopago.cl.

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