Hijo de psicólogo

Augusto Merino M. | Sección: Sociedad

El hombre es bicho complicado, lleno de recovecos, fuente de inagotables sorpresas, contradictorio y racional al mismo tiempo.

Pero todo esto es bien sabido desde hace, al menos, unos 7.000 años. Y desde entonces se ha venido acumulando a su respecto un enorme caudal de conocimientos. Quienquiera que lea las tragedias de los grandes dramaturgos griegos encontrará en ellas un verdadero hondón de sabiduría sobre el hombre.

El cristianismo, a su vez, terminó de iluminar al Homo sapiens, y hoy sabemos que es más oscuro de lo que parecía. En fin, todo esto no es nuevo. Ciertamente, no necesitábamos esperar a que se inventara la psicología para saberlo.

¿Diremos, entonces, que la psicología no ha aportado nada? No diremos tanto. Habría que distinguir entre las mil distintas ciencias psicológicas que existen. Porque sería un error creer que hay “una” ciencia de la psicología, tal como hay “una” aritmética, o “una” química. Hay tantas ciencias de la psicología, al menos, como concepciones del hombre existen entre los psicólogos.

Y así, hay psicólogos materialistas para los cuales el ser humano no es sino un conjunto de órganos puestos en acción por impulsos eléctricos. Y no hay más.

En cambio, hay otros para los cuales el hombre es mucho más que el conjunto de fenómenos estudiados por su ciencia: para ellos, el hombre no se deja captar en ningún conjunto de “datos” más o menos medibles o mensurables, sino que es algo de dimensiones infinitas.

No se puede, pues, emitir un juicio global sobre si “la psicología” realmente ha aportado algo o no. Todo dependerá del tipo de psicología de que se trate. La ciencia psicológica es tan respetable como los fundamentos filosóficos que la sustentan, en especial, su concepción del hombre. Y no más.

Con esto hemos pagado, en este artículo, el debido tributo a la prudencia. Arremetamos ahora contra esas confusiones en que tanta psicología vulgar envuelve al hombre, ya de por sí bastante confuso. ¿Tiene Ud. remordimientos de conciencia? Pues, “está Ud. comenzando a hacer una depresión”. ¿Le parece que su vida merece un cambio de rumbo? Es que “está desarrollando Ud. el síndrome de inseguridad tal o cual”. ¿Dejó Ud. la embarrada, abandonó a su mujer y se arrejuntó con una lolita 25 años menor? Ya hallará el psicólogo que le diga que Ud. tiene “derecho a rehacer su vida”.

04-foto-22Esta manía de “psicologizar”, ramplona, vulgar, es uno de los males de nuestro tiempo. Impide que luzca el poco de claridad que tenemos sobre el hombre; impide que se ejerza la autoridad; impide que el hombre madure y apunte a la verdadera felicidad; resta al individuo independencia. Algo de eso saben los psicólogos. “No hay nada peor que hijo de psicólogo”: juicio oído a… un psicólogo de cierta universidad cuyo nombre me reservo. ¿Recuerda Ud. a aquel famoso Dr. Spock, autor del best-seller “Tu hijo”? Pues se murió renegando de sus teorías y consejos, casi diciendo “perdón por echarle a perder el niño”.