Siete días por delante

Gonzalo Rojas Sánchez | Sección: Política

Las elecciones nunca se ganan por adelantado, se ganan en la última semana. Ahí, en esas reuniones sociales, en esas conversaciones a la salida del trabajo, en ese encuentro del taxi o del uber, en esa interacción con el cajero o la temporera, ahí se ganan las elecciones.

Ahí se puede argumentar con la convicción de que un voto dado vuelta son dos votos en la sumatoria final; ahí se siembra en otros la chispita de la victoria, que incentiva al destinatario a realizar una tarea similar con sus propios familiares y amigos. La convicción se expresa y se multiplica, el resultado se expande.

Esta tarea final requiere dos atributos muy concretos. Por una parte, la seguridad de que no somos cada uno de nosotros un número aislado y raquítico, sino un dígito integrado en la gran constelación de miles que están haciendo lo mismo. Mi granito de arena es en realidad una tonelada de acero. Y, por otra parte, la convicción de que solo estaremos en paz con nuestras conciencias si hemos actuado así hasta el minuto final del 15 de noviembre de 2025. Esa paz interior nos dará el empuje para una campaña de segunda vuelta tan corta como ardua. Llegaremos con el vuelito necesario para enfrentar esas pocas semanas de la definición final con la convicción de la victoria.

José Antonio Kast ha hecho desde hace casi 10 años, todo lo necesario para ser Presidente de la República y sacar a Chile de su situación dramática. Ha gastado su vida en esa tarea. ¿No vamos cada uno de nosotros a dedicar estas pocas semanas restantes a reforzar esa tarea con su misma convicción? Sería verdaderamente penoso no hacerlo.