Donde las dan, las toman, y si pueden, las estrujan

Jorge Andrés Pérez | Sección: Política, Sociedad

Los socavones en las dunas de Reñaca son el producto de un Estado disfuncional en todos sus niveles. Los inversionistas simplemente aprovecharon la oportunidad que les daba este Estado para traspasar riesgos a la sociedad y así maximizar la rentabilidad del negocio. Por otro lado, las autoridades del Estado seguramente se sentían orgullosos de que la inversión microeconómica ayudaba a maximizar el crecimiento macroeconómico. Yo no creo que esto sea simplemente la dinámica de la libertad económica, sino la dinámica del típico despelote latinoamericano. Aquí opera la lógica de que donde las dan las toman, y en Latinoamérica cuando se toman si pueden las estrujan. Como dice el tango cambalache, el que no lo hace es un gil. Pero vamos al tema de las dunas.

En su estado natural las dunas absorben las lluvias sin comprometer su estructura. Pero la filtración de fluidos desde un edificio o el flujo de agua lluvia de un desagüe, pueden romper la microestructura de la duna y generar socavones. Entonces, el flujo de fluidos es el mayor peligro al momento de construir sobre dunas. Dejar bajo el nivel del suelo de la duna cañerías y desagües (que transportan fluidos) en contacto directo con la arena es muy peligroso. Especialmente si no se pueden detectar oportunamente. Pero, no es lo mismo construir edificios sobre una planicie de arena estable, que construir edificios sobre un acantilado de arena que cae abruptamente al mar.

En mi opinión, se requieren medidas extraordinarias de seguridad para construir edificios sobre dunas que son acantilados de arena. Por ejemplo, no se pueden transportar fluidos en cañerías que están en contacto directo con la arena. Especialmente los desagües de aguas lluvias en pendiente. Entonces, yo creo que se requiere construir, con concreto reforzado, túneles superficiales que permitan un fácil acceso a las cañerías y desagües, para poder verificar oportunamente si hay problemas de filtraciones (y si hay filtraciones para poder contener el problema de la filtración incipiente).

Pero sea la urbanización de una duna en acantilado o una duna en planicie, creo que es muy importante facilitar la contabilidad de los fluidos entre las estructuras urbanas y el suelo. Como mínimo debería haber control visible de las cañerías que entran y salen del suelo de la duna. Pero en una duna en acantilado se requiere acceso fácil a toda la red de cañerías bajo suelo, para poder controlar físicamente las cañerías que entran y salen de los edificios. Además, los fluidos que viajan bajo tierra por cañerías y desagües en el sector nunca pueden estar en contacto directo con la arena de la duna.

Como en un buque de guerra todas las cañerías tienen que estar a la vista. Especialmente las cañerías bajo la línea de flotación.

El gran problema con el Estado disfuncional latinoamericano es que no aprende, entonces nunca mejora. Con los socavones de las dunas de Reñaca hay que mejorar. Hay que aprender que los horizontes de tiempo del Estado tienen que ser funcionales para las generaciones futuras. Hay que aprender que el crecimiento económico no puede ser a costa de aceptar inversiones que ponen en riesgo vidas humanas en el futuro. Pero eso no quiere decir que hay que hacer imposible invertir (por un Estado disfuncional que no mejora porque no aprende) o que hay que refundarlo todo (como partir de cero con el plan regulador de Reñaca).