Caminando hacia la luz
Juan Pablo Zúñiga H. | Sección: Política

Sí, el 19 de diciembre, quiéralo o no, es el gran tema de discusión nacional. Le aseguro que lo es inclusive para aquel porcentaje de la población que las encuestas llaman de “indecisos”. Y no es para menos. Lo que tanto se ha señalado es absolutamente cierto: es la elección más importante en décadas, donde nos jugamos nuestro porvenir, incluyendo el de aquellos que señalan “no importa quien gane, a mí no me afecta, tengo que seguir batallando para salir adelante”.
Por momentos resulta frustrante hacer entender las verdades y diferencias fundamentales entre los dos modelos que hay en juego a quienes tienen la mollera cerrada y no quieren entender. Pero es justamente ese el desafío clave que tenemos estas próximas dos semanas. En ello, el lenguaje juega un papel importante y lo vimos claramente en el contexto del viaje de José Antonio Kast a EE. UU. Mientras nuestro candidato realizaba una importantísima gira de negociaciones para reestablecer las confianzas de inversionistas y recuperar así el capital perdido producto de la insurrección de octubre, dicho viaje fue reinterpretado por las izquierdas, en su lenguaje habitual como “un viaje en que Kast fue a juntarse con los poderosos mientras nosotros estamos junto al pueblo”.
Tenemos que hacer el contrapunto a esas afirmaciones necias para mostrar, a los indecisos y a los que apoyan a Boric (y que aún les resta algo de sensatez), hacia dónde inclinarse. En el caso anterior, debemos mostrarles que, para apoyar de manera real y eficiente al pueblo de Chile, las reuniones de Kast con senadores del GOP (Grand old Party, Partido Republicano de los EE. UU.) y empresarios de diversas áreas, es fundamental para reestablecer alianzas que permitan aumentar la inversión en Chile y con ello poder financiar los programas que irán en beneficio directo de los chilenos. En este caso particular, debemos mostrar que, todos aquellos programas e infinitas garantías sociales que prometen las izquierdas, no tiene ningún asidero si no se genera el capital para financiarlos, de manera que el camino de la acción de Kast es la senda correcta en pro del desarrollo nacional, y no el camino de la palabrería bonita de Boric.
A su vez, debemos seguir derrumbando cada uno de los mitos construidos a nuestro deredor. El chileno lo sabe, pero muchos caen presas de esos mitos. En una reciente entrevista en el centro de Santiago consultando por la opción de voto, un entrevistador, en su programa #LaCalleHabla, para Fundación Nueva Mente, se encontró con una señora que en primera instancia señalaba que votaría por Boric porque “Kast es nazi y le da miedo”. A poco andar de una improvisada entrevista, la buena señora coincidía con la defensa de la familia y propuestas de vivienda que nosotros proponemos; en el fondo, era una votante de Kast, pero había caído presa de la retórica mitológica del comando del candidato Boric. Debemos ser pacientes, conversar, dialogar, persuadir y no pelear; al final, cada persona que hoy ya no esté tan convencida de votar por Boric, o el propio votante duro de este, no es nuestro enemigo, sino, primeramente, nuestro conciudadano y adversario político, pasible de ser traído hacia la luz.
En tiempos de campaña política, muchos apelan al juego sucio. Nosotros no. Apelamos al sentido común, que por sí solo es una herramienta fundamental que permite desvendar al obnubilado a base de las inconsistencias de nuestros adversarios. Me explico. Vea, por ejemplo, la actitud del Candidato Boric respecto de la participación en debates. Es absolutamente inadmisible que un candidato a la presidencia se excuse de debatir; con ello demuestra, por una parte, su temor a exponer al derrumbe público sus débiles propuestas, y, por otra, su falta de fortaleza, su falta de liderazgo, su flaqueza intelectual y su nulo respeto por la palabra empeñada, siendo que él mismo, la noche del 21 de noviembre, desafió a José Antonio Kast a debatir públicamente. Hoy, literalmente, ha dejado la silla vacía en los debates.
También debemos poner atención a lo que se dice en redes sociales, principalmente en twitter. Recientemente, el Sr. Boric en su cuenta personal agradecía el apoyo que recibiera de “400 organizaciones Católicas y Evangélicas”, sin señalar, como era de esperar, los nombres de dichas misteriosas organizaciones. Habiendo Chile entrado por primera vez en su historia en el informe de naciones en las que ocurren graves violaciones a la libertad religiosa, emitido en abril de 2021 por la organización internacional “Ayuda a la Iglesia que sufre”, producto de la destrucción de más de 50 templos Católicos y más de 60 Evangélicos y la persecución de quienes profesamos el Cristianismo, resulta sumamente sospechoso que existan organizaciones cristianas que le brinden su apoyo. Ciertamente debe haber en la Iglesia Católica y Evangélica quienes apoyan al Sr. Boric, sin embargo, es absolutamente incongruente e incoherente que alguien que verdaderamente siga la Ley de Dios y diga profesar la fe en Cristo Jesús, apoye a un candidato que no solamente no se ajusta a las enseñanzas del Verbo, sino que se ha mofado públicamente de siervos de Dios y ha validado la violencia, la destrucción y el odio hacia los conciudadanos que no son de su sensibilidad.
Recordemos siempre las palabras del Apóstol San Pablo en su epístola a los Corintios, en donde señalaba “¿qué unión [hay] entre la luz y las tinieblas?” (II Cor 6: 14). En la misma epístola, el apóstol de Tarso nos exhorta a apartarnos de la oscuridad. En ese sentido, los que amamos a nuestro país y a nuestro Señor, tenemos el deber moral de mirar con ojos compasivos a quienes han caído en el camino del error y traerlos hacia la luz. A pesar de la reedición de errores históricos cometidos por la DC de apoyar las izquierdas radicales (Allende en el pasado, Boric en el presente), muchos han preferido caminar hacia la luz, algunos silenciosamente, otros públicamente, como lo es el caso del otrora militante DC Jaime Ravinet. No son tiempos de pasividad. Seamos pacientes y audaces al mismo tiempo; seamos “prudentes como la serpiente, y sencillos como las palomas” (Mt. 10:16). Chile nos necesita a todos hoy. Mañana será muy tarde.




