Ante el alarmante aumento de robos de animales, pesticidas, maquinarias, transformadores eléctricos, etcétera, que están ocurriendo en el campo, he querido, con mi experiencia personal, representar a miles de agricultores que están pasando por estos injustos y malos momentos.

A mí me robaron nueve caballos. Después de varios días de búsqueda encontramos finalmente el camión con los animales en la puerta de un matadero clandestino en Melipilla, listos para ser faenados. Pese a todos estos antecedentes, la justicia no ha resuelto el problema. Si bien recuperamos los animales, la mayoría de los agricultores que han sido víctimas del mismo delito no han tenido la misma suerte.

Asimismo, nos han robado desde nuestros planteles de porcinos cerdos vivos, a los cuales los matan y faenan dentro de los mismos corrales. De hecho, se avisó oportunamente a Carabineros, estos detuvieron a los delincuentes con la carne despostada en el auto, con todos los utensilios para efectuar el delito y aún no pasa nada. No hay ningún condenado por ello.

Detectamos a un dirigente sindical nuestro cometiendo el mismo hurto y con el mismo modo de operar, pero como no pudimos probarlo como requiere la legislación penal, quedó absuelto. A pesar de ser las víctimas del hurto, este trabajador nos demanda en un juicio civil cobrándonos una indemnización millonaria, reclamando menoscabo y vulneración de sus derechos o garantías constitucionales y daños morales.

En otro hecho, un trabajador fue sorprendido robando alimento en la noche, como es habitual en este tipo de delitos, ya que a esas horas es imposible hacer denuncias y poner término a la relación laboral ante un ministro de fe pública. En este tipo de situaciones es muy difícil o casi imposible que la jurisdicción laboral falle a favor del empleador, que en este caso es la víctima, y nos hacen pagar varios millones en forma injustificada, como nos acaba de ocurrir.

De esta forma, si alguien sufre un robo es preferible no denunciar, pues la justicia se vuelve contra las víctimas y no contra el que roba.

Como ex presidente de Fedefruta y actual director de este mismo gremio, denunciamos públicamente esta escalada de robos ante el Gobierno. Nos hemos reunido con las autoridades junto a otros gremios, la Sociedad Nacional de Agricultura, productores de frutas secas y otros, sin ningún resultado.

Además, hemos tenido reuniones con los fiscales regionales, Carabineros, Policía de Investigaciones, y a pesar de las buenas intenciones, la cosa sigue igual, con el agravante de que hay que pagar millonarias indemnizaciones a los que delinquen. Este es el mundo al revés.

Nota: Este artículo fue publicado originalmente por El Mercurio de Santiago.