No quieren primarias

Axel Buchheister | Sección: Política

#09-foto-1El reality de la inscripción de las primarias de la Nueva Mayoría no tiene fin y los chascarros se acumulan. Desde luego, echarle la culpa a la directora (s) del Servel evade las propias responsabilidades: el trámite se efectuó al filo de la medianoche del último día, sin margen para nada. Y cuando uno no deja margen para imprevistos, corre un riesgo.

Llegaron a última hora porque no se habían podido poner de acuerdo. Existe la versión que incluso seguían negociando mientras estaban dentro del Servel y algunos sospechan de errores deliberados para que no hubiere primarias. Si bien esto linda en la “teoría de la conspiración”, alude al punto de fondo: no quieren primarias. Cosa que evidencia la negociación en sí misma, pues lo que se estuvo discutiendo en los meses previos no fue determinar en qué casos era necesario efectuar primarias, sino cómo hacer las menos posibles. En otras palabras, que la mayor cantidad de cupos se asignara por acuerdo entre las cúpulas, atendiendo a las múltiples demandas y forcejeos entre los partidos. Simple reparto de las cuotas de poder, de espaldas a las bases y a lo que la gente pide.

Pues si se hubiere adoptado el criterio que allí donde hay más de un interesado se realiza una primaria, no hay nada que negociar. Simplemente decide la gente. Entonces, no habría existido problema para llegar al Servel con un par de días de anticipación y atender los requerimientos que este servicio formulara, por inesperados o discutibles que resultaren. Pero los mismos que proclaman que el vicio de la actual Constitución es que se aprobó sin participación, no están dispuestos a que la haya para determinar los candidatos a las elecciones. Claro, porque ahí pierden poder las dirigencias, que son expertas en engolar la voz y dar argumentos de por qué es complejo que haya muchas primarias.

Pero que no se crea que se trata sólo de un problema de la Nueva Mayoría. Chile Vamos presentó un listado bastante escuálido, con la única diferencia que lo hizo oportunamente. De las 345 municipalidades, presentó primarias en 43, a pesar que existían otras en que había disputa. Como Vitacura, en que existe un desafiante, Rodolfo Terrazas, que ya en elecciones anteriores ha demostrado que tiene peso electoral. Pero como “el que tiene mantiene”, no se le permitió competir y entonces irá por fuera. Aunque las características de esa comuna no suponen mayor riesgo de dividir la votación y perder ante el adversario, nunca se sabe y se incurre en uno innecesario.

Sin embargo, está el caso de Providencia, en que impidió competir a Cristián Labbé, que ya no podrá ir por fuera. ¿Por qué? Debido a que su candidatura, según le habría dicho el presidente de la UDI, le hace daño al partido. Un argumento que suena a entreguismo ante la izquierda, pero que además no se entiende bien: si hay una primaria abierta y la gente decide llevarlo, no habría nada que reprocharle a la UDI.

Una vez más, este no es un país legalista –como se suele decir– sino “ilegalista”: se aprobó una ley de primarias y todo se hace para que no tenga ningún efecto.

Nota: Este artículo fue publicado originalmente por La Tercera.