¿Ampliar la Alianza a la DC?

Axel Buchheister | Sección: Historia, Política

#04-foto-1En una misiva escrita a dirigentes de Renovación Nacional, Cristián Monckeberg hace interesantes reflexiones, como la importancia de hacer política con base en las ideas y lo grave que fue que la centroderecha abandonara las suyas en el discurso público, y un llamado a ampliar la Alianza, incluyendo un acercamiento con la Democracia Cristiana.

Otros ya plantearon como una equivocación que se haya insistido precisamente en la “Alianza” y no se haya preservado la “Coalición por el Cambio”. En el hecho no hubo tal equivocación, porque ésta nunca existió: consistía en la UDI y RN, más Jorge Schaulsohn y Fernando Flores; fue una imagen para dar la sensación de amplitud y los hechos de fondo no pueden ser simulados. La prueba es que su partido Chile Primero, como tal, desapareció.

Pero eso no quita que ampliar la base no sea indispensable, ya que para gobernar hay que ser mayoría. ¿La opción razonable es la DC, como plantea el diputado RN? Ya hemos escrito antes sobre esto: tiene toda la lógica, pero es un imposible. Lógica, porque se trata de un partido que en el papel es de centro, que sostiene los valores del socialcristianismo, que entroncan con la centroderecha. Tanto, que en otras latitudes la DC, como en Europa (y no sólo en Alemania), es un partido de centroderecha. Pero es imposible, no sólo porque la forma de proponerlo no es la adecuada, que viene a ser como pedirle pololeo públicamente a una chiquilla que está con otro, lo que dificulta y pone en guardia ante cualquier aproximación, sino porque la DC chilena gira siempre a la izquierda y tiene un trauma con la derecha -quizás porque proviene de aquí-, tanto que al final siempre ha preferido estar con aquélla. Salvo, claro, cuando la cuestión se puso peliaguda, pero esa es una historia que fue convenientemente reescrita. Es tanta la tendencia a la izquierda y la funcionalidad a los intereses de ésta, que en contra de sus principios supuestamente básicos y los consejos (o admoniciones) de su congénere teutona, aceptará formar coalición -no un mero acuerdo electoral- con el Partido Comunista. Y lo hará mientras las bancadas PPD y PS en la Cámara de Diputados acuerdan fusionarse, lo que no tiene otro fin que atenazarla. Aceptará todo eso y más, incluso saliendo perjudicada, porque conforme su ADN ve en la derecha la encarnación del mal, como lo definió Eduardo Frei, su líder fundacional: “Ante el comunismo vemos que hay algo peor: el anticomunismo”; sentencia que ya al finalizar el siglo XX quedó desmentida como absurda por los hechos, pero que sigue determinando el inconsciente. Por algo personeros DC ya rechazaron tajantemente y declararon sin destino la pretensión del diputado RN, aceptando únicamente acuerdos específicos por conveniencia, como modificar el sistema electoral.

Lo posible es ampliar la base electoral de la centroderecha, más que la coalición. Para ello es necesario un debate para fijar las ideas, y a partir de eso, ver qué se aviene con vertientes próximas, y qué requiere y puede ser reformulado. Ahí será factible captar votos que son de la DC, algo que ya ha sucedido: de otro modo la centroderecha no habría alcanzado el poder en 2010. Pero concordar con la DC misma, eso nunca sucederá.

 

 

Nota: Este artículo fue publicado originalmente por La Tercera.