“Pinochet”
Max Silva Abbott | Sección: Historia, Política, Sociedad
El iracundo arranque de intolerancia producido por la transmisión del documental “Pinochet”, es un fenómeno que no debe pasar inadvertido, pues muestra muy a las claras que ciertos sectores poseen una “tolerancia” muy sui generis y, por supuesto, aplicable sólo a sus propias convicciones.
Hay que decirlo claramente: en una auténtica democracia, es inaceptable una actitud como la mostrada por quienes, literalmente, intentaron por todos los medios impedir la transmisión del aludido documental, amedrentar a los que quisieron verlo y castigarlos impunemente (nadie sabe con qué derecho) después de presentado. Y sus promotores son los mismos que exigen, a veces con igual violencia, poder expresar sus ideas, con lo que la incoherencia y el doble estándar resultan evidentes.
En realidad, pareciera que actualmente algunos entendieran la “tolerancia” no sólo como una carta blanca para que ellos, y no sus adversarios, puedan decir y hacer lo que quieran, sino incluso pretender que los demás no sólo acepten, sino además, compartan su visión de las cosas sin rechistar.
Sin embargo, un verdadero clima de libertad y tolerancia no puede pretender manipular la historia y convertir en verdad oficial y absoluta sólo su visión de las cosas. Hasta donde he podido ver en Youtube, “Pinochet” es sobre todo un documental, que recoge variados testimonios de los personajes más importantes de la historia de Chile desde fines de los años 60 hasta mediados de los 90. Que algunos de los que aparecen en él ahora piensen distinto o se arrepientan, es otro problema: lo importante es que los hechos son los hechos, y razones mínimas de justicia y de rigor científico exigen tener las dos versiones de lo sucedido.
Entiéndase: es imposible que si de verdad existe libertad de expresión y tolerancia, las opiniones de unos no contradigan a las de otros, a condición que se realicen en un clima de respeto. Sin embargo, el principal respeto que debe existir es dejar que quien piensa distinto pueda expresar sus ideas, también en este clima. Pero se insiste, no se puede pretender esto sin que surjan diferencias o incluso roces, propios de cualquier convivencia democrática.
Lo contrario es el típico intento totalitario de manipulación de la verdad, peligro del cual ya advertía hace décadas George Orwell en “1984”: “Quien controla el pasado controla el presente; quien controla el presente controla el futuro”.
Insisto: “Pinochet” es básicamente un documental, que busca mostrar la otra cara de los hechos, por regla general, silenciada desde hace más de veinte años. Conviene verla, para al menos poder contrastarla con lo que se está convirtiendo en una “verdad oficial” a este respecto. No sólo para tener otra mirada, sino más profundamente, para ejercitarse en esa tolerancia que está en boca de todos, pero por lo que se ve, sólo en la conducta de algunos.




