Lecciones que dejó el paro

Mateo Martinic | Sección: Política, Sociedad

Dice que, como magallánico del alma que es, comparte “el principio justiciero” que inspiró la movilización que durante una semana paralizó a la región más austral del país.

Sin embargo, el Premio Nacional de Historia 2000 y Premio Bicentenario 2006 admite que no le gustó que producto del paro se vieran afectados los turistas y los argentinos que deben utilizar obligadamente el paso por territorio chileno para ir desde Tierra del Fuego a la Patagonia y viceversa, como tampoco el cierre de carreteras que perjudicó a los propios habitantes de la región. Con todo, terminado el conflicto, analiza las principales lecciones que dejó éste.

Parlamentarios locales como Miodrag Marinovic llegaron a insinuar que si el Gobierno no aceptaba las demandas magallánicas podrían traspasar la zona a Argentina. ¿Qué le pareció?

No interpreto las palabras del primer mensaje del diputado Marinovic en la forma que lo han hecho otras personas, más bien entiendo que lo que sugirió fue la emigración de la gente… Como haya sido, él mismo aclaró después el sentido de su comentario y que no se refiere para nada a un cambio de soberanía”.

¿Fue un argumento demagógico o hay un sentimiento popular en ese sentido?

No soy partidario de ningún comentario de ese tipo. Es más, los rechazo absolutamente. No hay nadie aquí en Magallanes que haya pensado ni piense en una posibilidad semejante. El sentido de patria es tan fuerte y profundo en Magallanes, sino más, que en cualquier otra parte de Chile.

Pero existen críticas por las diferencias que muestran Argentina y Chile respecto del compromiso del Estado con el desarrollo de esta zona extrema. ¿Cree que nuestros vecinos tienen una política de Estado que nosotros no tenemos?

Argentina, a lo menos desde un siglo a esta parte, ha tenido siempre una política de Estado para con la Patagonia, en especial a contar del golpe militar de 1943, que ha sido asumida por los gobiernos democráticos cualesquiera que haya sido su color político. Las pruebas contundentes de esta política han sido, por una parte, el enorme desarrollo que exhiben las provincias patagónicas argentinas. Y por la otra, el correlativo incremento poblacional, como lo demuestra el reciente censo nacional que registró para la provincia de Santa Cruz un aumento superior al 38% y para Tierra del Fuego un porcentaje de crecimiento también grande. Hoy las poblaciones de esas dos provincias juntas doblan a la de Magallanes, en circunstancias que hace medio siglo Magallanes las superaba.

Los argumentos de los magallánicos para exigir subsidios que las demás regiones no tienen, apuntan a que el costo de la vida es más alto que en el resto del país. Sin embargo, un estudio concluyó que Santiago es más caro que Punta Arenas.

Parece un mal chiste. Jamás la vida en Santiago ha sido más cara que en Magallanes. Yo invito a quien o quienes hayan realizado ese estudio a que vengan a conocer nuestra realidad. No creo equivocarme si afirmo que tenemos el costo de vida más alto del país.

¿El Gobierno cometió errores en el manejo de esta crisis?

Cometió dos errores: el primero, imponer una medida sin apreciar sus consecuencias de variado orden para la vida en la región y, por supuesto, sin consultar. El segundo fue amenazar con aplicar la Ley de Seguridad Interior del Estado, por las consecuencias de una medida que el mismo provocó.

Pero el Gobierno debía velar por el libre tránsito de personas y mercancías por carreteras y puertos…

Si se hubiera dispuesto el uso de la fuerza pública con instrucciones precisas y se hubiera actuado con oportunidad, no se habrían dado las situaciones que se mencionan. La gobernabilidad interna hizo crisis.

Se calcula que las pérdidas en el sector turismo ascienden al menos a US$ 4 millones producto del paro. ¿No cree que los principales damnificados terminaron siendo los propios habitantes de Magallanes?

Lamentablemente, como suele ocurrir en casos como el que se trata, terminaremos siendo los principales perjudicados, pero la protesta bien ha valido la pena para afirmar nuestro derecho a un trato justiciero y equitativo.

Los turistas extranjeros que visitan la zona son generalmente de un alto poder adquisitivo y nivel cultural, que programan con mucha antelación estos viajes y son muy exigentes. ¿Cuánto tiempo cree que seguirán los efectos dañinos a la imagen de Magallanes?

Uno de los daños esperados es el que se relaciona con nuestra imagen, pero confío que ello pueda superarse rápidamente.

¿Cuál cree que será la gran lección que dejó el paro?

Esta situación ha dejado dos lecciones: una, para Magallanes, es la manifestación de auténtica y legítima regionalidad que inspiró una protesta ciudadana unánime, que finalmente condujo al Gobierno a prestar atención y a recoger siquiera en parte los reclamos magallánicos. El sentido y fuerza de la magallanidad son hoy más profundos y vigorosos de lo que nunca fueron antes. Para el Gobierno, es entender definitivamente que el centralismo agobiante en lo tocante a la forma de gobernar y administrar al país, ha hecho crisis y que ya no da para más. Ojalá esta protesta sirva para comenzar la saludable rectificación que anhelan las regiones chilenas, y más las de la periferia territorial del país.

Nota: Esta entrevista fue realizada por Sergio Espinoza, y publicada originalmente por El Mercurio.