La Némesis de las izquierdas
Juan Pablo Zúñiga Hertz | Sección: Política
Al exceso de arrogancia –la Hubris– siempre se le paga con la Némesis, una inevitable caída. En este ciclo histórico de los últimos 25 años donde las izquierdas chilena y latinoamericana hicieron de las suyas, los capítulos se están cerrando en Argentina, Bolivia, Perú y ahora Chile. Al habitual pésimo hábito de las izquierdas de gastar mucho y producir ruinas, se le suma el de la arrogancia y esas ínfulas de superioridad moral que nos traía el progresismo nacional. En dos semanas, tendremos en nuestras manos la espada de Némesis. Y las izquierdas ya huelen el fracaso. Es decir, los más sensatos entre sus filas ya saben que este gobierno fue un fracaso que anticipa la debacle.
¿Y después? Ahí viene lo duro, la limpieza. Tantos políticos a lo largo de la historia han usado la analogía de la escoba para limpiar la nación. En nuestro caso necesitaremos de material de limpieza industrial y, en algunos casos, hasta de un lanzallamas para incinerar tanto desastre. Frente al pesimismo, me atrevo a decir que siempre hay una solución. En el caso nacional, será una ardua tarea, pero no imposible. Así como Chile tuvo en los fondos de la sociedad un grupo tan dañino que casi nos cuesta el país, hay un fondo muy superior de gente capaz con ganas de arremangarse la camisa para trabajar por un país mejor. Hay capital humano chileno en el extranjero –me incluyo– que está dispuesto a volver a Chile para sacar al país adelante.
Así como le pasó a Milei en Argentina, a José Antonio Kast le tocará lo mismo: encontrar un país en quiebra y desmoralizado. “Oye, si no es para tanto”, me han dicho; a lo que respondo por favor, seamos sensatos y hagamos memoria. Nunca nos olvidemos de la intentona insurreccional del 2019 y de la borrachera y estado de delirio de las izquierdas luego de aprobar el comienzo del primer proceso constitucional que, gracias a la Virgen del Carmen, fue rechazado. No nos olvidemos de las fundaciones, del uso de los fondos ministeriales, de la desaparición del fondo de emergencias que dejara el presidente Piñera, etc. No dejaron nada sin su marca dañina.
José Antonio Kast no viene con una varita mágica ni tampoco con una escoba industrial para barrer los desastres de la feroz partusa de la historia que se mandaron las izquierdas chilenas a costa nuestra. José Antonio vendrá acompañado de millones de chilenos dispuestos a darlo todo para rescatar a Chile y empezar todo de nuevo. Para ello necesitaremos de fuerza, trabajo y paciencia. Para hacer de ello una realidad, sigamos con buen ánimo porque el 14 de diciembre tenemos la alternativa real de hacer historia.




