Las elecciones y la gran tarea de todos
Enrique Cruz Ugarte | Sección: Política, Sociedad
Llegó el momento. Hoy viviremos una nueva e histórica jornada cívica. Probablemente con la misma madurez democrática que ha caracterizado a nuestro país a lo largo de su tradición electoral, con las instituciones involucradas funcionando eficientemente y la ciudadanía ejerciendo, con orgullo, su derecho y deber cívico. Hoy también comienza un nuevo ciclo político, que terminará de configurarse el 14 de diciembre próximo. Más allá de los resultados de esta jornada y de la segunda vuelta presidencial, este tiempo representa una nueva oportunidad para marcar el camino y espíritu del Chile que queremos construir.
Se abren espacios para renovar compromisos, reconstruir confianzas y reencantar a la ciudadanía con un proyecto común. Esa es una tarea que no sólo competerá a las autoridades electas, porque la reconstrucción de nuestro tejido social no empieza en el Congreso ni en La Moneda. Comienza en cada persona, en cada familia, en la sociedad civil y, muy particularmente, en las empresas.
La empresa, por su naturaleza y diversidad, es un espejo perfecto de nuestra sociedad en su conjunto. Es un espacio donde confluyen distintas trayectorias, realidades y esperanzas. Allí pasamos buena parte de nuestra vida, y por eso es también un lugar donde se aprende a convivir, a dialogar y a servir. La empresa puede, y debe, aportar a despertar el sentido social de cada uno de nosotros.
Un paso es poder comenzar por lo más cercano. Después de varios años con tendencia al alza, la última medición del Barómetro de la Confianza de Edelman muestra un descenso en la percepción de confianza y cercanía que tienen los trabajadores en su empresa, un fenómeno global que también se aplica a la realidad chilena. Probablemente, se deba a que, con el retorno a la normalidad tras la pandemia, hemos ido perdiendo algunas instancias de conexión y diálogo que implementamos luego del estallido social y la crisis sanitaria.
Durante la pandemia desplegamos una serie de acciones para acompañar a nuestros trabajadores y sus familias. Esas iniciativas no pueden quedar en el recuerdo, sino que hoy debemos retomarlas y actualizarlas a la presencialidad, donde el encuentro directo adquiere un valor aún mayor. Encontrarse, escuchar y acompañar son el modo más concreto de fortalecer los vínculos y reconstruir la confianza dentro de nuestras organizaciones.
Chile necesita volver a crecer, y para eso es fundamental tender puentes, reconstruir la confianza, volver a creer entre sus miembros e instituciones. Una de las tareas más urgentes y nobles de este tiempo es recuperar la altura del diálogo y respeto por el otro. La empresa debe aportar activamente a eso, tanto con sus propios miembros como con la comunidad con que se relaciona.
No habrá crecimiento sin confianza, ni confianza sin encuentro, ni vínculos sin encuentro. La economía florece cuando las personas confían unas en otras y sienten que forman parte de un mismo proyecto. Hoy, que estamos tan polarizados, recordemos lo que nos dice Alfredo Zamudio respecto a que los acuerdos se construyen cuando nos atrevemos a cruzar la pirca por el punto más bajo, ese lugar donde todos podemos encontrarnos. El momento es ahora.
Nota: Este artículo fue publicado originalmente por El Líbero el domingo 16 de noviembre de 2025.




