La Fuerza del Cambio
José Tomás Hargous Fuentes | Sección: Política
Este domingo fuimos testigos y protagonistas de una de las elecciones más importantes de nuestra historia. Fue una jornada con excelentes noticias y con algunas sorpresas. Aquí algunas de las claves de esta histórica elección.
Paradójicamente, pese a haber obtenido el primer lugar, la candidata del octubrismo ha sido virtualmente derrotada, no sólo por haber obtenido mucho menos de lo esperado y su escasa diferencia de votos con José Antonio Kast –alrededor de un 2%–, sino que también porque la derecha unida representa a más del 50% de los votos, y Jara no tiene espacio posible de crecimiento al haber ido toda la izquierda y centroizquierda detrás de su candidatura. Ni siquiera los votos de Franco Parisi le alcanzan para mantener el primer lugar y quedarse a La Moneda. Eso es una excelente noticia: el octubrismo ha sido derrotado.
También es una muy buena noticia la aparente defunción del noviembrismo. Evelyn Matthei, con su pésimo resultado, confirmó las tendencias de prácticamente todas las encuestas, quedando incluso más abajo de lo que se esperaba y logrando un peor desempeño que Sebastián Sichel hace cuatro años. Incluso, peor que ella misma en 2013, cuando votaban mucho menos ciudadanos que hoy. Al mismo tiempo, esa aplastante derrota de Matthei, que tuvo alguna correlación con el desempeño electoral de Chile Grande y Unido, los mantuvo con vida, siendo la UDI y RN dos de los partidos más grandes y más votados de la jornada –por ejemplo, la UDI es el partido más grande del Senado–.
Ambos resultados, junto con la inapelable victoria de José Antonio Kast y del Partido Republicano, permitieron que en la noche de ayer la integración de Chile Vamos al comando de segunda vuelta fuera bastante sencilla. Así, a pesar de las pataletas previas de Matthei, ella y los partidos fueron a felicitar a Kast y ponerse a su disposición para REcuperar Chile. Las preguntas que se vienen y que será fundamental resolver a tiempo tienen relación con si están dispuestos a no intervenir el programa ganador de la jornada y, luego de la segunda vuelta, qué posición tomarán ante el futuro gobierno de Kast: ¿se integrarán al gabinete, sólo apoyarán las reformas en el Congreso, o se mantendrán al margen?
Quienes demostraron que son capaces de dar unidad a la derecha y ofrecer gobernabilidad, con un equipo competente y ordenado –todos atributos aparentes de Matthei– fueron José Antonio Kast y el Cambio por Chile, primera bancada en la Cámara Baja y segunda en el Senado, los grandes ganadores de la jornada. La Fuerza del Cambio movió a millones de personas y convirtió al Partido Republicano en la agrupación más grande en la Cámara de Diputados, con un millón y medio de votos y una treintena de escaños. Desde el principio, las campañas de Kast y Kaiser –representantes del septiembrismo– jugaron bajo las reglas del fair play, y el nacional libertario cumplió su palabra de apoyar sin condiciones a quien pasara al balotaje. “Así que desearte mucha fuerza, y el compromiso está contigo. Para esta vuelta vamos a respaldarte, porque el compromiso está con Chile. Votar por José Antonio Kast es votar por Chile”, resumió el candidato.
En el caso del Partido de la Gente (PDG), es digno de destacar el increíble desempeño de Franco Parisi en la presidencial, quedándose fuera de la segunda vuelta por unos cientos de miles de votos, contra lo predicho por casi todas las encuestas. Si bien no sabemos qué harán en segunda vuelta, y es razonable pensar que su neopopulismo complicará las cosas en el Parlamento, no es descabellado esperar que su bancada de diputados facilite la aprobación de las reformas que requiere el Gobierno de Emergencia: seguridad, economía y migración también están en las prioridades de Parisi y el PDG, pero
El próximo desafío en esta carrera de postas es que ambas derechas sean capaces de trabajar juntos para derrotar a la candidata del Partido Comunista y sucesora de este gobierno fracasado, y ofrecer al país una alternativa de gobierno que enfrente las prioridades ciudadanas. Como decía Kast, “Chile no resiste otro gobierno de izquierda”, y menos si es encabezado por un partido que reivindica el marxismo leninismo y promueve, por tanto, la construcción del socialismo a través de la dictadura del proletariado. Son cuatro cortas semanas en que Kast, el Cambio por Chile y Chile Grande y Unido deben dar vuelta la elección y ganar la segunda vuelta.




