Diez claves de la elección presidencial y parlamentaria
Jorge Ramírez | Sección: Política
Los comicios del domingo cerrarán el ciclo político y social abierto tras octubre de 2019. La tectónica de placas que agitó cual terremoto el escenario electoral, desencadenando a modo de réplicas dos procesos constitucionales fallidos y el término anticipado a la carta de navegación original del Gobierno, podría dar paso a un nuevo reacomodo: una reedificación con verticales sólidas, esta vez con la derecha como eje dominante y la izquierda parapetada en la defensa del quórum de 4/7.
En paralelo, incógnitas como la continuidad de Chile Vamos en tanto coalición política, la capacidad de gobernabilidad del candidato opositor que llegue ballotage y el liderazgo del bloque oficialista tras los resultados, serán algunos de los aspectos que se definirán esa noche entre tendencias, resultados, entusiastas celebraciones y amargas derrotas.
A continuación, las diez claves de la elección presidencial y parlamentaria.
1. El fin de un ciclo. El estallido abrió una fractura que reordenó la política sobre un nuevo clivaje —equivalente al Si/No del 88— en torno al eje Apruebo–Rechazo. Boric y Kast son hijos directos de ese momento, uno como protagonista y otro como antagonista. El proceso constitucional terminó anticipadamente con el programa original del Gobierno, mientras que su segunda versión en el Consejo Constitucional posibilitó la irrupción de figuras como Kaiser, quien desde ahí arremetió con fuerza por el “en contra” abriendo un espacio político hasta ese entonces inédito a la derecha de Kast. El eventual arribo de un presidente con una identidad política y valórica en las antípodas del ethos octubrista marcaría el cierre definitivo de aquel ciclo y el comienzo de una restauración del orden y del sentido común previo a 2019.
2. La derecha va por todo. Este sector pasó en cuatro años de verse reducido a su mínima expresión en el primer proceso constitucional, al no alcanzar el tercio de la Convención a enfrentar esta elección con su mayor identificación histórica en la encuesta CEP (24%) y con expectativa de obtener mayoría en ambas Cámaras, algo que no ocurre desde hace más de una década. Las derechas llegan a los comicios con un clima cultural favorable y una oferta electoral diversificada. Paradójicamente, el problema podría estar en cómo administrar esa mayoría.
3. La izquierda se parapeta. Su objetivo estratégico este domingo es uno: mantener en el Congreso el quórum de 4/7. Con caída de sus niveles de identificación política, baja expectativa presidencial y un repliegue programático evidente, la izquierda en esta elección ha jugado más a resistir que a disputar. El domingo medirá si logra evitar un desfonde parlamentario y contener en algún grado el avance opositor.
4. Un nuevo ancho de banda en la derecha. La derecha dejó de ser monolítica. Hoy conviven sensibilidades liberales, conservadoras, socialcristianas y libertarias, cada una con representación propia y extracciones sociales más heterogéneas. Esta diversidad amplía la base electoral, pero podría tensionar la gobernabilidad si no existe un liderazgo claro que sea capaz de generar una unidad de propósito común entre todas estas corrientes.
5. Kast como líder de la nueva derecha. Republicanos y Kast se ubican en el centro del nuevo mapa opositor, con libertarios a su derecha y Chile Vamos a su izquierda. Su idea de un “gobierno de emergencia” en seguridad, migración y eficiencia del Estado facilita la confluencia con el resto del sector. Además, su estilo templado lo favorece a la hora de ordenar a las diversas derechas al tener vasos comunicantes con ambos mundos: un pasado en común con la UDI y vínculos con el mundo libertario al haberlos incluido en su pacto parlamentario.
6. ¿El fin de Chile Vamos? Si Evelyn Matthei no llega al ballotage, sería el segundo ciclo consecutivo en que Chile Vamos queda fuera de la definición final. De ser Kast quien pase a la segunda vuelta, la UDI se plegará instantáneamente a su campaña y a su eventual futuro gobierno; RN lo hará con algo más de vacilaciones. Evópoli, Amarillos y Demócratas podrían tomar distancia y articular un polo liberal de centro, lo que de facto, fracturaría la coalición tal como la conocimos.
7. Kaiser, la sorpresa. El rendimiento de Johannes Kaiser puede ser uno de los factores inesperados de la jornada. Su discurso directo, “sin filtros”, el uso eficaz de debates, la franja y su lectura del descontento anti élite lo convierten en un imán para un electorado que busca castigar al sistema político y enviar una importante señal de repudio a la izquierda, pero también de decepción frente a una derecha que en ocasiones mostró excesivos complejos a la hora de defender sus convicciones.
8. La batalla por el liderato de la nueva oposición. El domingo se abrirá también la competencia para liderar a la izquierda en los próximos cuatro años. Boric intentó ocupar el rol de gran elector enfrentando a Kast, pero su alta exposición terminó incomodando inclusive al comando de Jara. Si la candidata oficialista supera su votación proyectada, podría reclamar el liderazgo del sector. Tomás Vodanovic, con la mejor evaluación de figuras políticas en la encuesta CEP, estará igualmente al acecho. Además, este sector deberá resolver rápidamente la inminente disputa entre autoflagelantes y autocomplacientes sobre el gobierno y legado del Gobierno de Boric, donde la pregunta será ¿se perdió por haber sido excesivamente o insuficientemente de izquierda?
9. Reequilibrio parlamentario en la derecha. Todo indica que la derecha no solo crecerá, sino que se reordenará internamente. Republicanos podría superar a la UDI; RN buscará ser contrapeso de Republicanos como bancada más grande de Chile Vamos; Evópoli se juega la supervivencia; y los libertarios podrían instalarse como fuerza incipiente en el Congreso. Este equilibrio, será decisivo para construir un bloque de gobernabilidad para el próximo Ejecutivo.
10. ¿Triunfo electoral o cultural? La incógnita es si el giro opositor será coyuntural o estructural. Las encuestas CEP y Bicentenario UC muestran un alza de valores como el del mérito, la responsabilidad individual, orden y un récord de identificación política con la derecha. Si la derecha lee bien los resultados y traduce con mesura este clima en un proyecto duradero, podría instalar una nueva hegemonía; de lo contrario, el péndulo podría volver a moverse, con sorprendente rapidez.
Nota: Este artículo fue publicado originalmente por Ex-Ante el sábado 15 de noviembre de 2025.




