En la primera vuelta presidencial, los blancos y nulos fueron 503.000; los votos de Parisi y de Mayne-Nicholls sumaron 2.716.000; los no electores fueron 2.166.000…

Eso suma la portentosa cifra de 5.385.000 sufragios disponibles para las candidaturas de Kast y Jara, las que en conjunto sumaron 6.574.000. O sea, hay una cantidad de votos disponible equivalente al 82% de las preferencias recibidas por Kast y Jara en primera vuelta. (Eso, sin considerar las exiguas votaciones de ME-O y Artés, y los posibles trasvasijes entre las candidaturas).

No es para asustarse, es para trabajar. A diferencia de lo que un taxista me comentaba tres días después de la primera vuelta –¡la elección de Kast es segura, señor!, me decía con entusiasta énfasis– la enorme cantidad de votos disponibles exige una mirada tan cauta como proactiva.

Esos más de 5 millones de electores cuyos votos están disponibles, se encuentran a nuestro lado. Son miembros de nuestra familia, compañeros de trabajo, personas con las que nos relacionamos en situaciones de servicio a diario o semanalmente, amigos varios. Quedan solo tres semanas para que cada uno de nosotros pueda hacer gestiones eficaces que den por resultado votos para José Antonio Kast. Hay que darse el tiempo para esas conversaciones, algo incómodas, que nos plantearán cada uno de ellos. Si nos proponemos una conversación diaria, serán al menos 21 personas en las que podremos influir para que hagan una elección correcta.

Por supuesto, no vamos a convencer a los 21; quizás el rendimiento sea solo de un 20 a 25%, es decir que logremos 4 a 5 votos. Suficiente. Habría sido una misión cumplida.

Las conversaciones pueden variar mucho en contenido, pero sería conveniente centrarlas en dos aspectos fundamentales:

1. Hoy los problemas de Chile necesitan decisiones ejecutivas. Las ideologías han estropeado al país; la política de los acuerdos no sirve para momentos de grave emergencia.

2. Los dos candidatos tienen trayectorias muy distintas. Kast encarna gran parte de los anhelos de lo que las personas quieren ser. Jara, los deseos de quienes todo lo esperan del Estado.

La elección se gana el domingo 14 de diciembre, pero hay que anticipar ese día en el trabajo constante, para que los resultados sean los que abran una nueva etapa en la Historia de Chile.