Volver a rechazar
Rodrigo Ojeda | Sección: Arte y Cultura, Historia, Política, Sociedad
Todo o nada. Las elecciones de este año, presidencial y parlamentaria, se unen al quiebre social y democrático del año 2019. Ese punto de inflexión en el cual la violencia política y refundacional incendiaron las calles y el diálogo, empujando el viejo orden al abismo, según Atria: “es innegable que la revuelta de octubre es el origen del proceso constituyente”. La insurrección callejera buscó llegar a La Moneda, en los dichos y en los hechos, es decir, mediante “la usurpación violenta” del gobierno. Chile despertó el 4 de septiembre de 2022 de la hipnosis octubrista, irracional e intransigente, de los salones de la Primera Convención. El triunfo de septiembre rechazó el proceso y el texto constitucional de la izquierda identitaria y radical. “Es momento de volver a rechazar” y derrotar en las elecciones a la candidata del comunismo y su proyecto con similitudes al ideario constitucional y resabios de la Unidad Popular. La izquierda vuelve a la carga con exconstituyentes postulando al parlamento y una agenda de identidades y “derechos sociales” infinitos. La izquierda refundacional mantiene su paradigma marxista-leninista y declara que transformar a Chile es “una demanda inconclusa”, sin renunciar a la violencia política y a la desobediencia civil.
Volver a rechazar. Aprendizajes para el próximo ciclo político, es el reciente libro de Ruggero Cozzi. Una voz autorizada sobre lo acontecido desde el 2019 en adelante. Relata experiencias, conocimientos y una advertencia al revivir las posiciones intransigentes y un clima hostil al estilo constituyente. El rechazo fue un hito político con lecciones para el corto, mediano y largo plazo, “una épica que movilizó a millones de chilenos” y reunió a “la derecha, centroderecha e independientes” en contra de un proyecto utópico y extravagante. La Primera Convención de sello moralizante y divino mantiene el diagnóstico y una obsesión por derrotar al neoliberalismo. Intentaron salvar a Chile y al planeta de las garras del capitalismo con ese “somos el país más desigual del mundo”, que muchos repitieron porque sonaba bien, pero estaba alejado de los datos y la racionalidad. Chile padece malestares y frustraciones en relación a la igualdad en el trato, el mérito y la educación, la movilidad social y los “sueños de cartón”, que no se van a resolver desde la lucha de clases y su hoja en blanco. Se requieren acuerdos.
El libro relata la conformación de la Primera Convención y su representación engañosa con paridad, escaños reservados y la lista de independientes. También repasa los desvaríos demagógicos de las propuestas. Lo indígena fue abordado desde la instrumentalización del pasado y la sobrerrepresentación. Crearon una justicia indígena que establecía desigualdades legales. El problema indígena es “un desafío del presente”. El terrorismo en la Macrozona Sur es real. El ecologismo profético se impuso desde el activismo, olvidando que una constitución no hace llover. Se resumió la actividad minera a lo simplista de extracción y exportación de “piedras”. Se propuso un retorno a lo autárquico para combatir el capitalismo. Prometieron derechos sociales sin financiamiento para superar el modelo económico de Pinochet. La educación quedaba en manos del control estatal de evidente sesgo ideológico. La justicia fue debilitada siguiendo el manual latinoamericano y las policías sujetas al control político. El autor advierte un eventual “estallido habitacional”. La voz del pueblo rechazó el proceso y el texto refundacional. Muy pocos en la izquierda han asumido la derrota y el fracaso constituyente, prefieren culpar a los poderosos y a la desinformación, sin renunciar a su deseo de una nueva constitución, por las buenas o por las malas. En la actualidad, lo económico y social “del país se han deteriorado aún más” tras el mal gobierno de Boric y dos farras constitucionales. Las urgencias sociales siguen esperando. Es un deber ganar la elección presidencial, obtener una mayoría parlamentaria, y rechazar en las urnas nuevamente, es todo o nada.
Nota: Este artículo fue publicado originalmente por El Pingüino el domingo 28 de septiembre de 2025.




