Evelyn Matthei, paladín del noviembrismo
José Tomás Hargous Fuentes | Sección: Política
La semana pasada Tomás Mosciatti daba inicio al segmento “De frente”, un ciclo de entrevistas a los candidatos presidenciales, en el marco del programa de Mega “El candidato”. Evelyn Matthei sería la seleccionada en este primer capítulo de sentarse ante el patíbulo del agudo entrevistador. No sabemos si fue un favor del abogado penquista –para salir rápido del “cacho”– o una trampa del director del medio más confiable del país para detener el ascenso que ha mostrado la candidata de Chile Vamos en las últimas semanas, que la ha vuelto a poner competitiva. Escribo esta columna antes de que se publique la encuesta CADEM, pero al menos en Panel Ciudadano ya lleva dos semanas estancada.
La entrevista, aunque breve –dura unos doce minutos–, permite mostrar de cuerpo entero a la candidata de Chile Grande y Unido –el pacto electoral de Chile Vamos junto con Demócratas y Amarillos–, verdadero paladín del noviembrismo. Como Jack el Destripador, vamos por partes.
Primero, la condena a medias tintas del descarado acto de intervencionismo electoral del Presidente Gabriel Boric en cadena nacional, al momento de anunciar el proyecto de ley de Presupuestos 2026. Si bien Matthei indicó que “me parece que lo que él hizo no es aceptable, meterse en la campaña en una cadena nacional”, agregó a continuación que “yo creo que no es un acto de corrupción” pero sí “un acto inaceptable desde el punto de vista de la República”. Al mismo tiempo, consideró que “los tres adjetivos” con los que José Antonio Kast resumió la actitud del Presidente –al que calificó de “cobarde”, “mentiroso” y “corrupto”– “están pasados a la punta. Como asimismo creo que el presidente nunca debió haber hecho lo que hizo”. En resumen: si bien es cierto, no es menos cierto, pero sin embargo, no obstante. Igual que el Partido Comunista tratando de explicar por qué Cuba no es una dictadura totalitaria –o la misma Evelyn complicándose con China–.
Como si no fuera suficiente, Matthei aún no entiende que “el adversario está al frente y no al lado”, y quiso rematar el tema sosteniendo que “Sí, pues tenía razón en lo de los seis mil millones. En eso tiene razón. […] En eso tiene toda la razón el presidente. Porque efectivamente no es posible recortar seis mil millones de dólares en un año y medio sin afectar derechos sociales”.
Pasando a otro tema, Mosciatti realiza una larga enumeración de las vueltas de carnero de Matthei y Chile Vamos –incorporar reparto en el sistema de pensiones, 40 horas, reforma electoral, reforma tributaria, salvatajes a TVN, PGU y déficit fiscal–, para “fundamentar” su pregunta: “¿Por qué debiera la gente confiar en usted y su gente?”; “¿Por qué hay que creer en ustedes? No veo ninguna autocrítica”. Esta pregunta, que muchos nos hacemos, resume de cuerpo entero el problema de Chile Vamos que ellos mismos parecen incapaces de ver.
Podría seguir recopilando las frases de Matthei en la entrevista donde queda retratado perfectamente el noviembrismo, pero esta columna se alargaría demasiado. Ya es suficiente para hacerles a Matthei y a Chile Vamos varias preguntas respecto de sus actitudes políticas: ¿Cómo quieren que su electorado confíe en ellos cuando no tienen fortaleza para defender sus convicciones? ¿Cómo quieren que las ideas de derecha sean mayoría si lo único que saben hacer es hacer transacas con la izquierda para que sus reformas no salgan tan malas? ¿No se dan cuenta que con eso sólo corren el cerco a lo que la izquierda considera realizable? ¿Piensan que la derecha sigue siendo minoría? ¿Piensan de verdad que el actual oficialismo es como la ex Concertación, una coalición con la cual sí se podía llegar a acuerdos? ¿No se dan cuenta de que si Chile Vamos negociara con Republicanos el país estaría mucho mejor que negociando con el Partido Comunista?
Ése es el problema del noviembrismo. No es sólo una actitud entreguista, sino que todo parte de una lectura desorientada. Y en noviembre próximo tenemos la oportunidad de rechazar ese diagnóstico equivocado y esa actitud suicida que gran parte de Chile Vamos ha sostenido al menos desde octubre de 2019. Sólo así podremos no sólo volver al Gobierno, sino que, más importante, empezar el trabajo de REcuperar nuestras instituciones, destruidas por el octubrismo y con anuencia del noviembrismo.




