Cuando octubre fue 18
Hernán Ferreira | Sección: Historia, Política, Sociedad
Esta semana se cumplieron 6 años desde los luctuosos hechos ocurridos el 18 de octubre de 2019. Algunos denominan a lo acontecido ese día y lo sucesivos, como “estallido social”. Somos buenos para los eufemismos, para mentar suavemente circunstancias graves o complicadas. En definitiva, no ocurrió un estallido: la sociedad no reventó incendiando estaciones del metro en Santiago, ni iglesias ni nada que se interpusiera el camino de los manifestantes. Si alguien pretende identificar malestar social con pretender derrumbar el país y sus instituciones, comete no solo un error, sino me parece, un acto cargado de ideologismo. Más aún, el entonces director del Instituto Nacional de DDHH, Sergio Micco,  declaró sin ambages que lo sucedido a partir del 18 de octubre, constituyó un verdadero intento de golpe de estado. Es decir, por la vía armada, se pretendió no invocar un malestar social, sino subvertir el orden constitucional y derrocar al presidente Piñera. Conforme pasan los años, la claridad de un diagnóstico de este tipo, cobra mayor veracidad y sentido.
Si bien los golpistas no pudieron acceder al poder mediante sublevación, crearon las condiciones para hacerse del gobierno a partir del año 2022. Hicieron creer a una mayoría, que el país no solo estaba cayéndose a pedazos producto de la política económica, sino también que la desigualdad era insoportable. El actual presidente Boric llegó a declarar que Chile sería la tumba del neoliberalismo. Cuatro años después, el actual gobierno dejará al país en peores condiciones de como lo recibió: tenemos más desigualdad, más pobreza y más desesperanza que antes.
Un año ha transcurrido desde el 18 de octubre de 2024. El presidente Boric, en una sorprendente conferencia de prensa, intentó explicar lo que a estas alturas sigue siendo inexplicable. El porqué su gobierno que se autodenomina feminista, ante una acusación de agresión sexual en contra de un ex subsecretario, opta por no darle crédito a la denunciante y confirma en su cargo al funcionario público. De alguna manera, el mandatario tuvo su propio 18 de octubre, pues la impronta feminista de su gobierno que proclamó a cuatro vientos, se desplomó. Del “amiga yo te creo”, se pasó al “presidente, no le creo”. En un aspecto muy sensible, como es la política pública en favor de las mujeres, el gobierno no estuvo a la altura del desafío. Y a este hecho sumemos que el índice actual de desempleo de las mujeres es desalentador para al menos la mitad de la población.
Por un capricho de la historia, un 18 de octubre marcó un antes y un después para los dos últimos gobiernos. Todo el relato en favor de las mujeres, cae estrepitosamente a partir del 18 de octubre de 2024. Y en 2019, el gobierno de Piñera de alguna manera se termina, pues a contar de ese día, la planificación realizada por el mandatario quedó archivada. El golpe de estado en curso concentró todos los esfuerzos gubernamentales. El manejo que tuvo el mandatario en esa época sigue siendo objeto de estudio. Sin embargo, hoy es posible reconocer que los intentos por defenestrarlo, Piñera supo conjurarlos y, finalmente, no dieron resultado. El paso del tiempo va engrandeciendo la figura de Piñera como presidente, en tanto el abandono que experimentaron las mujeres en el actual gobierno, cada día resuena más fuerte.
Nota: Este artículo fue publicado originalmente por El Pingüino el domingo 19 de octubre de 2025.




