Charlie Kirk y la revolución de la derecha

Edurne Uriarte | Sección: Arte y Cultura, Política, Sociedad, Vida

Primero lo vi en un medio digital no muy leído de la izquierda y quise pensar que era el exceso de un redactor algo sobreexcitado. Pero después lo he oído en la radio más escuchada de España, y más tarde en el periódico más relevante de la izquierda. Se trata de la palabra “ultra” con la que todos ellos han descalificado a Charlie Kirk. Ni siquiera su asesinato los ha contenido. Al contrario, han redoblado la campaña de deslegitimación de toda idea de derechas que cuestione la ideología progresista, intentando ahora destruir la figura y la memoria de un líder que les ha hecho mucho daño. Con sus ideas, no con la descalificación, ni mucho menos con la violencia.

Charlie Kirk, un defensor de la libertad, que hizo del diálogo y del debate con todos, favorables y discrepantes, su causa, que la defendió con pasión y con respeto a todos sus críticos a lo largo de las universidades y foros públicos de Estados Unidos, es calificado de “ultra”. También le han llamado fascista, y, como mínimo, polarizador, que, como bien escribió ayer Ramón Pérez-Maura, es como la izquierda describe a quienes les derrotan sus argumentos.

En otras palabras, que, según la izquierda, defender la libertad de expresión es ultra. Hacer debates en las universidades e invitar a personas de todas las ideologías es ultra. Ser conservador es ultra. Ser cristiano es ultra. Defender la vida es ultra. Cuestionar la ideología woke es ultra. Defender la familia es ultra. Abogar por el trabajo duro y el esfuerzo es ultra. Movilizar a los jóvenes en defensa de ideas de derechas es ultra. Votar por Trump es ultra.

Y es que por todas las posiciones anteriores le han llamado “ultra” a Charlie Kirk. Lo que es igual a calificar de ultras a la mitad al menos de los casi 350 millones de norteamericanos. Y esto no es nuevo ni sorprendente, porque está ocurriendo en todas las democracias occidentales, empezando por la nuestra: hay un movimiento reaccionario del progresismo contra la creciente fortaleza de las ideas de la derecha. También aquí nos llaman ultras a todos los que discrepamos del progresismo; o fascistas, o fachas, dependiendo del día. Y precisamente esa reacción nos muestra que Kirk tenía razón en su idea de que hay una revolución de derechas. Así se titula uno de sus libros, la revolución de la derecha (Right wing revolution. How to beat the woke and save the west, 2024)

La izquierda que siempre quiso apropiarse de la palabra revolución está viendo cómo la está perdiendo, y Charlie Kirk es una muestra muy importante de ese proceso. De ahí la virulenta reacción contra él, también cuando ha sido asesinado. Creo que tiene razón el teólogo y filósofo R.R. Reno, cuando escribe que, si el movimiento por los derechos civiles representó una revolución en los sesenta, ahora Estados Unidos está viviendo otra revolución, de ideas conservadoras y contra la agenda de la izquierda. Y, como dice Reno, hay una reacción izquierdista contra esa revolución, con una retórica extremista y violenta que está alimentando una atmósfera susceptible de favorecer la violencia de individuos desequilibrados. Y, atentos, porque en Europa estamos viviendo un proceso muy similar de reacción izquierdista a una revolución de derechas.

 

Nota: Este artículo fue publicado originalmente por El Debate el sábado 13 de septiembre de 2025.