Paisajes que conectan mundos
Paula Guerrero Zaro | Sección: Arte y Cultura, Vida
Siempre y en todo lugar hay una conexión con las personas. Ustedes se preguntarán qué puede unir a Leipzig –ciudad alemana donde falleció Johann Sebastian Bach en 1750– con Diego de Almagro, en pleno desierto de Atacama. La respuesta está en la galería “Ely Dobritz”, espacio que lleva el nombre de su fundadora chilena, y que estará abierta desde el 02 hasta el 15 de mayo en la esquina de Davidstraße. La inauguración incluirá música en vivo a cargo de Darsy&Cristy (Instagram: @darsy_musique), sumado a un toque especial a este encuentro de arte y paisajes.
Juan Bautista, de 46 años, es un artista de mirada sensible, marcada desde temprana edad por la observación del paisaje. Cuando vivía en Diego de Almagro le llamaba la atención esos oasis naturales que rompen la aridez, como La Finca y La Quinta, donde el verde parecía resistir al desierto. En sus viajes a Copiapó para controles oftalmológicos, lo impresionaba además la transformación entre el desierto y el valle. Tras especializarse y estudiar en la Región Metropolitana, hoy su motivación es capturar el momento y el espacio a través de sus obras. Le inquieta el avance de la desertificación y la escasez hídrica en Atacama, por lo que busca retratar el entorno, la cordillera, el Salar de Pedernales, la flora, y congelar en el lienzo lo que otro artista llamó alguna vez “un momento mágico”.
La exposición “Paisajes del fin del mundo” se monta gracias al apoyo de Planificadora PTU, Ferretería Rocar Caldera, Espacio ArtePin, Speedline Atacama, Serviteca Almagro, además de amigos y familia. La muestra presenta dos tiempos en un mismo espacio: un primer muro dedicado al desierto, los salares y el mar; y un segundo muro a la Araucanía, resultado de un viaje que Juan realizó con mochila, acuarelas, pinceles y croquera tras los aluviones que afectaron Diego de Almagro. Ese viaje fue un proceso de sanación frente a experiencias difíciles, donde pudo capturar la magnitud de las araucarias y la riqueza vegetal del sur.
El contraste entre el desierto y el sur provoca emociones profundas: entre la aridez donde la mirada se pierde entre cerros, y un sur que abraza con sus árboles, que anima con su verde. Paisajes únicos e irrepetibles, que no invitan a elegir entre uno u otro, sino a fundirlos en una experiencia visual que entrega al espectador un contraste inolvidable.
Nota: Este artículo fue publicado originalmente por El Diario de Atacama el sábado 3 de mayo de 2025.