Aclaraciones sobre el 21 de Mayo de 1879 (II)
Joaquín Muñoz López | Sección: Arte y Cultura, Historia

Chile había despertado, pero no quiere decir que después no se durmiera una vez terminada la guerra. Entonces nos toca “despertar” a nosotros, los herederos de estas gestas.
Mucho se habla en los homenajes del valor, heroísmo y patriotismo, pero no necesariamente se habla de la verdad de los hechos. Las verdades a medias o derechamente las versiones falsas ocupan un lugar destacado. Sería un gran homenaje a nuestros héroes seguir con las “aclaraciones”.
En el caso del Combate de Punta Gruesa, tampoco se ha dicho ni menos crear conciencia de que su hazaña nunca ha sido repetida en la historia naval universal. Nunca una embarcación menor –una goleta no blindada en este caso– ha vuelto a derrotar a un blindado de última generación.
Sobre la hidalguía del Almirante Grau, se ha creado un verdadero mito. Juan Agustín Cabrera Gacitúa, único civil de la tripulación de la Esmeralda. En su relato sobre el combate, titulado “El Combate Naval de Iquique 21 de Mayo de 1879”, publicado justo al cumplirse un año de éste, dice: “Se ve, pues, que el almirante Grau no tuvo para con nosotros ni para con los muertos, ningún sentimiento que le eleve a la altura en que lo han querido colocar”. Esta opinión se basa en hechos, tales como que sólo le bastaba el espolón del Huáscar para hundir a la Esmeralda, no teniendo necesidad de acribillar con sus cañones y ametralladoras a tantos adversarios; tampoco dejó que el médico de la Esmeralda atendiera a Ignacio Serrano, y se demoró más de tres horas en darle ropa a los náufragos que estaban desnudos. Los heridos no fueron desembarcados en camillas, sino caminando, y le negó un funeral con honores a los mártires –cosa que él sí tuvo luego de su muerte en Angamos–. Cabe mencionar que de los funerales de Prat y Serrano se preocuparon los ciudadanos españoles Eduardo Llanos y Benigno Posada, presidente de la Sociedad Española de Beneficencia de Iquique, siendo este último quien presionara a Grau para que entregara las pertenencias de Prat. Otro punto controvertido es la causa de muerte de Prat: en la exhumación de su cuerpo el 04 de Mayo 1881 se constató que su cráneo estaba hundido, o sea, estando herido recibió un culatazo de un rifle o luego de un culatazo fue herido, simplemente fue rematado y no hecho prisionero, y todo frente a los ojos de Grau.
Sobre la negativa de autorizar la visita del médico de la Esmeralda al moribundo Ignacio Serrano, el historiador Gonzalo Bulnes sostiene: “Una repulsa tan contraria a los deberes de la humanidad envuelve un misterio que no está esclarecido. ¿Por qué se privó al glorioso moribundo del consuelo de expirar entre los suyos, asistido por un amigo de corazón, a quien pudiera confiar sus últimos encargos? Se dijo que había sido un castigo impuesto a la indomable arrogancia del héroe expirante, pero cuesta creerlo, porque no se concilia ni con la hidalguía que debe suponerse en el enemigo, ni con la humanidad de Grau”.
En cuanto a los funerales de Grau y otros mártires, por el contrario, tuvieron los máximos honores. Estuvieron presentes el ministro de Guerra Rafael Sotomayor, el General en Jefe Erasmo Escala, el Jefe del Estado Mayor Emilio Sotomayor, el Comandante en Jefe de la Escuadra Galvarino Riveros, los comandantes de la Escuadra y otras altas personalidades. Formaron los batallones Chacabuco y Zapadores al mando de sus respectivos comandantes. Las tropas del Chacabuco rindieron los honores de Ordenanza al Comandante Grau y a cada uno de los oficiales y tripulantes fallecidos.
Es importante tener en cuenta estos “detalles” y muchos otros para homenajear a nuestros héroes, defendiendo así su legado. Sobre todo frente a las opiniones cada vez más fuertes en contra de nuestra patria y nuestro patriotismo. Debemos tener un relato histórico que sepa defender nuestra posición e intereses y que sea conocido por todos. No puede ser que surjan entre nosotros sentimientos de culpa por las consecuencias de haber ganado una guerra o creer todos los mitos y verdades a media que nos pretenden imponer.
Agradecimientos
En la redacción de este artículo, fueron de vital importancia los aportes realizados por el señor Marcelo Villalba Solanas, Director del Museo Guerra del Pacífico Domingo de Toro Herrera, www.museoguerradelpacifico.cl.




