Máxima vergüenza: una comunista preside la Cámara de Diputados

Gonzalo Ibáñez Santa María | Sección: Historia, Política

Como culminación de todo un proceso de entreguismo de la política chilena –y del cual son responsables todos los partidos políticos– ayer fue elegida como presidente de la Cámara de Diputados una diputada comunista. Ello sucedió porque muchos diputados que no están en ese partido votaron, sin embargo, por ella. El caso más grave fue, sin duda, el de los diputados de la Democracia Cristiana que, una vez más, traicionaron el ideario cristiano, para servir la ideología de la lucha de clases y del enfrentamiento entre chilenos. También, otros diputados, como Gaspar Rivas del PDG que entregaron su voto por el beneficio que iban a recibir en cambio. En el caso de este último diputado, ese beneficio fue el de ser electo como primer vicepresidente de la Cámara. La Democracias Cristiana, por su parte, recibió la segunda vicepresidencia.

Se consuma así una traición al país al elegir una representante de uno de los partidos más responsables de la crisis de 1973 que obligó a nuestras Fuerzas Armadas y Carabineros a intervenir para evitar la destrucción de Chile.

Esto que ha sucedido no es fruto del azar sino que es la última expresión de entreguismo en el que todas las fuerzas política civiles han incurrido para destruir el Chile que, sobre la base de las políticas del gobierno militar, llegó a la cabeza del continente, hizo retroceder la pobreza y aseguró a todos los chilenos un marco de vida digna y segura. Lo que ha sucedido ahora se suma al descalabro de nuestra economía y a la explosión de delincuencia que azota al país; al predominio del crimen organizado y del narcotráfico. Todo, porque Chile ha carecido en las últimas décadas de gobiernos que merezcan llamarse tales. La elección de esta diputada comunista no es sino la culminación –hasta ahora– de este proceso de corrosión y debilitamiento del país.

Nota: Este artículo fue publicado originalmente por el autor en sus redes sociales.