Cómo los sistemas escolares pueden mejorar

Germán Gómez Veas | Sección: Educación, Política, Sociedad

La consultora McKinsey & Company acaba de publicar una nueva investigación que analiza la calidad educativa pública en economías diversas. “Encender y mantener: Cómo los sistemas escolares pueden mejorar el aprendizaje a gran escala” se titula el estudio, que comienza por reconocer que siete de cada diez estudiantes en países de ingresos bajos y medios viven en “pobreza de aprendizaje”, incapaces de leer un texto sencillo al final de la enseñanza básica. Sin embargo, en base a evidencias, el trabajo plantea la convicción de que esta situación puede cambiar.

Para mejorar la calidad educativa no basta con saber qué hay que hacer, sino que lo decisivo –señala la investigación– está en cómo implementar bien lo que se sabe que sería necesario poner en marcha. Este parece ser el asunto crucial para los responsables de conducir la educación pública por el camino de la calidad. Los autores del estudio identifican siete formas recurrentes en que las estructuras educacionales fracasan en su intento por mejorar, pero también comparten las estrategias que han usado catorce sistemas educativos que están logrando mejoras sostenidas, consistentes y significativas en los resultados de los estudiantes.

¿Qué conseguirían las autoridades al revisar las experiencias observadas en este estudio de 120 páginas? El equipo del Ministerio de educación, los directivos de la Dirección de Educación Pública, también los ejecutivos responsables de los Servicios Locales y de las Corporaciones Municipales que son instituciones sostenedoras de colegios públicos a gran escala, podrían obtener referencias objetivas para sustentar la eliminación o redirección de políticas públicas que en nuestro país no están promoviendo la calidad de los aprendizajes, o que están entorpeciendo el objetivo de ofrecer educación de buena calidad. Su análisis, además, resulta ilustrativo para proponer iniciativas que refuercen o impulsen acciones pedagógicas eficientes que en los colegios públicos independientemente de su administración (SLEP, Municipios y Corporaciones de administración delegada) actualmente son débiles o simplemente no existen. En este último aspecto, vale la pena poner atención a las siete estrategias que de acuerdo a las evidencias han resultado ser convenientes en la mejora sostenida de los logros escolares y proyectar en concreto, cómo aplicarlas con eficacia en nuestra realidad: establecer pocas prioridades para hacer más; cultivar el liderazgo más allá de un solo líder; involucrar a los educadores y las familias de manera auténtica; crear coordinación y cadencia para el cambio; desarrollar estructuras y habilidades de implementación; medir los resultados de los estudiantes y hacerlos transparentes; implementar lo que funciona, pero crear espacio para la innovación.

A partir de estrategias de gestión educativa de este tipo, pero bien (reitero con mayúscula: Bien) diseñadas y correctamente aplicadas, se podría retomar con nuevos bríos la misión de ofrecer una educación pública que resalte por su eficacia, y no por ser, como está ocurriendo en la mayoría de los casos, insuficiente.

Nota: Este artículo fue publicado originalmente por La Discusión el domingo 10 de marzo de 2024.