Carabineros de Chile: Orden y Patria

José Tomás Hargous Fuentes | Sección: Arte y Cultura, Historia, Política, Religión, Sociedad, Vida

El sábado 27 de abril nos enteramos del asesinato de tres carabineros en Cañete. En dicho pueblo de la octava región, Carlos Cisterna Navarro, Sergio Arévalo Lobos y Misael Vidal Cid –un sargento primero y dos cabos primeros, respectivamente–, han ampliado el panteón de mártires de Carabineros de Chile. 

Hace 32 años que no morían funcionarios de nuestra policía uniformada en el Día del Carabinero. Por eso, su general director, el general Ricardo Yáñez, sostuvo que “Matar un carabinero es matar el alma de Chile. No tengo registro en mi historia de 38 años de servicio de la muerte de un carabinero y no uno, sino tres asesinados de forma cruel, el día de nuestro aniversario. Esto no fue casual, esto no fue al azar. Basta ya. ¿Hasta cuándo?”.

Y es que amarga la conmemoración de un hecho muy relevante en la historia reciente de Chile: la fundación de Carabineros de Chile. Hace 97 años, un 27 de abril de 1927, el entonces Vicepresidente Carlos Ibáñez del Campo fusionará las policías existentes en el país con el Cuerpo de Carabineros del Ejército de Chile.

De acuerdo con el Decreto con Fuerza de Ley (DFL) 2.484 –vigente entre 1927 y 1960–, la dispersión del “servicio de orden y seguridad interna de la República” entre “policías fiscales, policías comunales y Cuerpo de Carabineros” (considerando 1°), en “circunstancias” en que “tienen una misma finalidad, […] asegurar el orden de las ciudades, campos y comunas rurales y, en cambio, obedecen a autoridades distintas, tienen organizaciones diversas y están sujetas a disposiciones de distinta índole” (considerando 2°), producía “un servicio deficiente y dificultan la expedición de las órdenes y la cooperación en el desempeño de los distintos funcionarios del orden” (considerando 3°). Esto llevó al gobierno ibañista, inspirado en “Que es condición esencial de este Gobierno reforzar el principio de autoridad” (considerando 5°), a fusionar “los servicios de Policías y Carabineros, formando con su personal, dependencias, armamentos y demás elementos, una sola institución que llevará el nonbre [sic] de ‘Carabineros de Chile’” (art.1°).

A esta policía, desde el primer momento, se le dotó de una estructura jerárquica y centralizada, así como una formación militar, propias del Cuerpo de Carabineros del Ejército del cual provenía. Desde ese momento, miles de chilenos han decidido entregar su vida al servicio del “Orden y Patria”, muchas veces incluso con su vida, como los mártires de este fin de semana. Durante este siglo no sólo se han dedicado al control del orden público, sino también a un profundo servicio a la comunidad, desde asistir otrora los partos, hasta ayudar a los damnificados de una catástrofe. 

Esto, junto con la honorabilidad intachable de sus miles de oficiales y suboficiales –a pesar de la podredumbre de sus altos mandos en el último tiempo–, ha llevado a los chilenos a tenerle un profundo respeto, confianza e incluso cariño al “amigo en tu camino”. Todos recordamos cuando nuestros padres, en caso de perdernos en la calle, nos decían “anda con el carabinero”, cosa impensada en cualquier país latinoamericano. Por eso, los carabineros no son sólo una policía, ni una policía uniformada, sino un cuerpo de servidores incansables de la Patria. 

Es una pena que, como otras instituciones, haya sido víctima del desprestigio sistemático de la autoridad en Chile. Urge que en nuestras escuelas se vuelva a enseñar el respeto por nuestras autoridades legítimas, entre ellas, el carabinero, como un pilar fundamental de la educación cívica.

Como otras instituciones de las que he hablado en esta tribuna, Carabineros también es heredera de instituciones quincuacentenarias. Justamente, dos días antes pero en 1541, Pedro de Valdivia nombraría como primer Alguacil Mayor al capitán Juan Gómez de Almagro. Según recopila el Archivo Nacional, en el documento que registra su nombramiento, “el primer gobernador del Reino de Chile, especifica las características ‘personales’ que Gómez de Almagro reunía para ser nombrado jefe de la labor policial de los recién llegados y, que hoy, son reivindicadas como los valores exigidos al personal, que pretende ejercer y que se desempeña en las labores en Carabineros”.

Sostuvo el primer gobernador del Reyno de Chile que “en esta ciudad hay necesidad de una persona que ejercite e use el oficio de alguacil mayor, que sea hábil e suficiente, temeroso de su conciencia y celoso del servicio de S.M.”. Como el capitán Gómez era justamente “persona de honra”, Valdivia decidió nombrarlo “su alguacil mayor en dicha ciudad de Santiago del Nuevo Extremo…”, según consta en el Libro Becerro. Acta del Cabildo de Santiago del 25 de abril de 1541, que se conserva en el Archivo Nacional

La evolución de la institución policial en el Chile Hispano será estudiada por Diego Miranda Becerra en una completa historia de la Policía en el Reyno de Chile, publicada en 1991 por el Departamento de Estudios Históricos del Instituto Superior de Ciencias Policiales de Carabineros de Chile. 

Con posterioridad a la Emancipación, Diego Portales impulsaría el Cuerpo de Vigilantes de Policía, considerado “en la historia policial de Chile, como la etapa en que se consolidó la institucionalidad del combate contra la delincuencia”. Por su parte, el 24 de mayo de 1902 se crearía el Regimiento de Gendarmes, que el 5 de febrero de 1906 sería renombrado como Regimiento de Carabineros, para pasar a llamarse Cuerpo de Carabineros, “que desarrollaba su actividad protectora desde el norte grande hasta Chiloé”. Es esta institución la que el Vicepresidente Ibáñez decide tomar como ordenadora de la función policial en Chile, en el citado decreto de fusión.

Es triste que recordemos una historia tan fructífera con la terrible noticia de tres mártires de la institución a manos de la violencia insurreccional indigenista del sur de Chile. Una historia que ya está por llegar al siglo con la estructura y funcionamiento actuales, pero que toma la posta de otras instituciones que se remontan a la misma fundación de Santiago de Nueva Extremadura.