Ahora

Adolfo Ibáñez Santa María | Sección: Política

Se polemiza sobre la batalla de las ideas. Se reiteran, como mantra, los llamados al diálogo pidiendo que cada uno ceda un poco. Tantos discursos y tantas declaraciones apuntan a defender la democracia frente a la polarización y la pérdida de la “amistad cívica”. Antes que preguntarse si estos llamados son conducentes al fin que se persigue, quizás debamos preguntarnos dónde están los problemas.

Vemos la tozudez revolucionaria del Gobierno que insiste en la validez de su programa a través de las reformas de pensiones y tributaria. Los rechazos que ha sufrido en estos dos años lo han hecho cambiar de táctica: ahora negocia para disimular sus objetivos, teniendo claro que cualquier cosa que obtenga es un paso adelante. Ya no se trata de la refundación completa, sino de poner algunas cuñas fundamentales para que, más adelante, en un futuro incierto, pero no lejano, alguna vuelta de fortuna lo favorezca y pueda retomar abiertamente la conquista de sus objetivos. Estos últimos no han sido abandonados: por el contrario, han sido reiterados una y otra vez.

Esta actitud se manifiesta en diferentes áreas, a pesar de las fundadas objeciones que han planteado los que conocen de cada tema. En salud, desmantelar las isapres en desmedro de lo que ocurre en los hospitales. En economía, la insistencia en subir impuestos antes que mejorar la calidad del gasto público. En pensiones, introducir el reparto estatizado contra la opinión mayoritaria. En educación, cambiar sistemas en vez de enfocarse en la sala de clases. En todos los campos se esgrimen loables argumentos de bien público que solo cumplen el objetivo de disfrazar la finalidad refundadora que persiguen. Ojo: si esta tozudez lleva a la destrucción del país, considerarán un logro despejar el campo para consolidar la refundación.

El Gobierno ha proclamado en su segundo aniversario que el país está mejor. Más allá de la cuña publicitaria queda a firme un sentido triunfalista, pues una cosa por aquí, otra por allá, el programa refundacional ha ido avanzando. La tarea inmediata es que las fuerzas de oposición concuerden unos pocos postulados básicos e intransables: una cosa es solucionar problemas y otra muy diferente es facilitar la refundación. Con sus actuales proyectos el Gobierno se apronta a revivir su camino destructivo. Detrás de estas polémicas es la patria la que está en juego. Resguardarla con fortaleza facilitará luego los acuerdos electorales. Requerimos definiciones y acciones claras ahora.

Nota: Este artículo fue publicado originalmente por El Mercurio el lunes 25 de marzo de 2024.