La Herencia de Abraham entre el Nilo y el Éufrates

Jorge Andrés Pérez | Sección: Arte y Cultura, Política, Religión, Sociedad

El patriarca Abraham dejó en herencia las tierras entre los ríos Éufrates (Asia, de dónde viene Sara y Abraham) y Nilo (África, de dónde viene Agar). Pero el judaísmo y el islam no están de acuerdo sobre el heredero legítimo de estas tierras. El judaísmo cree que el heredero legítimo es Isaac/Israel (el hijo de Abraham con Sara); el islam cree que el heredero legítimo es Ismael (el hijo de Abraham con Agar). El judaísmo da prioridad al estatus de la madre (Sara); el islam da prioridad al orden de nacimiento (Agar). 

Para el islam es inaceptable que Ismael esté sometido a la voluntad política de Israel en las tierras de Abraham; pero para el judaísmo no es seguro que Israel esté sometido a la voluntad política de Ismael en las tierras de Abraham. Por eso, digan lo que digan, es poco probable que el islam tolere que los hijos de Israel tengan control político en los territorios que corresponden a la herencia de Abraham. Y que, digan lo que digan, que los hijos de Israel confíen en los hijos de Ismael, porque saben que ellos serían el sapo confiado, y los hijos de Ismael serían el escorpión venenoso. 

Los cristianos no entendemos bien las necesidades psicológicas que genera el judaísmo y el islam en sus creyentes en relación con la herencia territorial de Abraham, y su lógica del sapo (Israel/hijo menor legítimo) y el escorpión (Ismael/hijo mayor bastardo). 

¿Por qué los hijos mayores de los patriarcas deben someterse a los hijos menores (David/Salomón)? Claramente los hijos mayores lo resienten, e incluso tratan de deshacerse de sus hermanos menores (de madres diferentes). ¿Esto es simplemente un argumento moral contra la poligamia y el divorcio ya que complica la herencia?

En conclusión, yo creo que los cristianos no entendemos la lógica del conflicto entre judíos y musulmanes en Palestina. Es más, tratamos de imponerle una lógica occidental al conflicto, que ninguna de las partes realmente valora. ¿Ayuda a forzarlos a pretender que creen en los valores occidentales (ajenos al tribalismo patriarcal profundo del Medio Oriente)? Lo único que esto produce es la manipulación descarada del occidental con imágenes de violaciones a los derechos humanos que no dejan ver el verdadero conflicto milenario en que los judíos y musulmanes están realmente embarcados. Ese conflicto es entre visiones mesiánicas incompatibles sobre la herencia de Abraham.