Escuelas de Pedagogía y calidad educativa

Germán Gómez Veas | Sección: Arte y Cultura, Educación

El drama educativo en Atacama, además de exigir una urgencia en su solución (que hasta ahora no se advierte), debiera poner en discusión, una vez más, el problema de fondo de la educación de mala calidad. La dirigencia política no puede seguir eludiendo el desafío de abordar mediante un análisis propositivo a corto y largo plazo, los elementos causantes de la ineficacia educativa. En particular, el Ministro de Educación tendría que plantear pronto, una reflexiva, robusta e idónea senda de mejora respecto a la eficacia del sistema educativo del país.

Entre los desafíos a abordar, sería conveniente revisar críticamente los propósitos y el currículum de la formación profesional docente, como también lo relativo a la eficacia exigible respecto a todo perfeccionamiento profesional continuo. Porque, ¿están las Escuelas de Pedagogía preparando docentes altamente competentes para proveer conocimientos firmes y formar el carácter de los estudiantes? ¿No será necesario que las Escuelas de Pedagogía refuercen su Antropología Pedagógica, porque como señala Edith Stein, “la pedagogía que carezca de respuesta a la pregunta ‘qué es el hombre’ no hará sino construir castillos en el aire”? ¿Los datos no son suficientes para comprender que haber perfilado a las educadoras y profesores como mediadores ha deteriorado su prestigio y autoridad? ¿Acaso la perspectiva constructivista establecida y exigida por el MINEDUC en los estándares pedagógicos no ha demostrado ser ineficaz?

Desde luego son numerosos los ángulos que es preciso abordar para reencauzar la calidad educativa, no obstante la formación universitaria tiene mucho que decir al respecto. Por cierto, es de justicia reconocer que hay Instituciones de Educación que cuentan con un modelo formativo, con curriculum y académicos coherentes con una Filosofía de la Educación apropiada que están logrando formar profesionales destacados, pero este universo es insuficiente. En los hechos, los buenos profesores son un bien escaso.

Ahora bien, ¿qué características o cualidades profesionales y personales tendrían que tener los buenos profesores? María Rosa Espot y Jaime Nubiola revisan y plantean en “Alma de Profesor” una serie de características de aquellos profesores que marcan la diferencia. El texto, pensado para docentes universitarios, es también valioso respecto del perfil de docentes escolares y destaca cualidades que bien valdría la pena tomar en cuenta tanto en la formación profesional como luego en la formación continua.

Asimismo, José Luis González-Simancas en “Educación: libertad y compromiso” describe con precisión, en base a lo que observó primero en su ejercicio profesional y también en su análisis teórico posterior, una serie de características imprescindibles para un buen ejercicio profesional de la pedagogía. Desde su fundamentada e ilustrativa Filosofía de la Educación, este académico español expone un conjunto de actitudes y aptitudes que en su formación universitaria cada estudiante de pedagogía tendría que ser capaz de aprender a poner en práctica. Por cierto, le dedica reflexivas líneas al tema de la autoridad.

Nota: Este artículo fue publicado originalmente por La Discusión el martes 14 de noviembre de 2023.