Reclamarle a la FOFA

Joe Black | Sección: Política, Sociedad

Desde esta semana, la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA) pasó a ser para muchos chilenos la FOFA (Federación Ominosa de Fútbol Asociado).

Ominoso significa abominable, algo que merece ser condenado y aborrecido.

Y no es para menos. Ya saben la historia: dos lotes de países postulaban a la organización del Mundial de Fútbol de 2030; España, Portugal y Marruecos, por un lado; Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay, por el otro. La decisión de la FOFA fue favorecer al team europeo-africano, pero dándoles un premio de consuelo a los latinoamericanos.

Bueno, a todos menos a Chile.

¿Por qué? ¿Qué pasó?

Hubo una época en que Chile era la perla de Latinoamérica, la flor más bella de la región. Se hablaba del “milagro chileno”, del país de los jaguares. Éramos un ejemplo, además de destino turístico y de migración. 

Hasta las bandas de crimen organizado internacionales instalaron sucursales en Chile, aprovechando la laxitud fronteriza.

En esos tiempos no necesitábamos postular a ser sede de las citas planetarias de primer nivel. Nos pedían. Así fue como nos solicitaron organizar la COP25 (que reuniría a las principales potencias mundiales para buscar un acuerdo sobre medio ambiente) y la APEC (donde se esperaba que Donald Trump y Xi Jinping sellaran la paz para terminar su guerra comercial).

Los principales agentes de los servicios secretos se instalaron en Chile para preparar la visita de los líderes más poderosos a Santiago en noviembre y diciembre de 2019. En esa misma época se jugaría aquí la final de la Copa Libertadores de América, entre Flamengo y River Plate. Miles de fanáticos del fútbol pagaron pasajes y hoteles para venir a esa fiesta.

Y ya saben lo que pasó: Chile tuvo que cancelarlo todo después del 18-O; la COP25, el APEC y la final de la Libertadores. Hubo que cambiar las sedes a última hora, generando costos, inconvenientes enormes para muchos países y un gran desprestigio para la marca Chile.

Es que no estábamos en condiciones de garantizar la seguridad ni de chilenos ni de extranjeros. Y estaba en marcha un “proceso destituyente/constituyente” que, supongo, espantó a los observadores extranjeros. 

El punto es que, vistas así las cosas, la decisión de la FOFA podría no ser tan ominosa. Ya que si bien no hay en estos momentos en Chile un “proceso destituyente” en curso, sí está vigente un “proceso constituyente”. Así, para todos los efectos, el país se mantiene en una especie de “limbo” institucional y jurídico. No es reprochable que los forasteros prefieran esperar a que los chilenos nos ordenemos internamente antes de hacer planes ambiciosos con nosotros.

La buena noticia es que en teoría se podría cerrar este ciclo de incertidumbre el 17 de diciembre, cuando se vote el plebiscito constitucional. Pero también es cierto que hay sectores políticos que no quieren cerrar el “momento constituyente”, sin importar cuál sea el resultado del plebiscito. Es decir, ya plantean que, gane el “A favor” o el “En contra”, igual intentarán mantener vigente el “proceso constituyente”. Y en una de esas, convertirlo en “proceso destituyente” si el próximo gobierno no es de su agrado.

Si llega a pasar esto, la FOFA no volverá a ser para nosotros la FIFA, por los siglos de los siglos.

Nota: Este artículo fue publicado originalmente por El Mercurio el domingo 8 de octubre de 2023.