Un Golpe Fallido: Historia Alternativa de la Unidad Popular

Jorge Andrés Pérez | Sección: Historia, Política, Sociedad

La minería del cobre en Chile fue desarrollada en el siglo XX gracias a la inversión de empresas norteamericanas que tenían la tecnología para poder explotar los depósitos minerales chilenos. Sin esta tecnología los depósitos cupríferos chilenos no habrían sido económicamente rentables. A pesar de muchos intentos de Estados Unidos que buscaron cambiar la dinámica de la dependencia de Chile con la minería del cobre, la realidad era que la economía chilena no era capaz de atraer suficiente inversión para su desarrollo económico.

Pero el atraso de la economía chilena tenía más que ver con un problema de diseño institucional del estado, que tenía el efecto de rigidizar los precios en la economía. Con este esquema era muy difícil hacer atractiva las inversiones en la economía chilena, porque se reducía artificialmente la rentabilidad de las inversiones que no dependían por diseño del apoyo indirecto del estado.

Con Fidel Castro desde La Habana controlando la minería del cobre, que habían desarrollado empresas norteamericanas, Estados Unidos buscaría recuperar algo de lo perdido. La mina de El Teniente seguramente estaba perdida, pero Chuquicamata se podía recuperar en el caso de una guerra entre Chile y Perú.

Detrás de la competencia de Argentina y Chile por el Estrecho de Magallanes, estaban presentes, y aún están, los intereses estratégicos del Reino Unido y Estados Unidos. El Reino Unido se insertó en esa región en el siglo XIX, con la toma de posesión de las Islas Malvinas-Falklands. Desde estas islas el Reino Unido controlaba el flujo marítimo por el Paso Drake. Especialmente en la era de los barcos a vela, cuando el estrecho de Magallanes era más peligroso para la navegación.

Para garantizar esta proyección de poder naval desde las islas Malvinas, el Reino Unido siempre apoyó la idea de que Chile tomara control del Estrecho de Magallanes. Esto tenía su lógica, ya que el Reino Unido competía con Buenos Aires por el control del Atlántico Sur, y al Reino Unido no le convenía que Buenos Aires pudiera insertarse en el océano Pacífico.

En el siglo XIX el Reino Unido socava el potencial naval de Buenos Aires. Primero, quitándole el control del puerto de Montevideo. Segundo, quitándole el control de las islas Malvinas. Finalmente, negándole a Buenos Aires el control del Estrecho de Magallanes y el cabo de Hornos. Al parecer, el Reino Unido ve en Buenos Aires un objetivo estratégico que, si no se puede controlar directamente, al menos se debe contener negándole su proyección como potencia naval en el Atlántico sur.

Durante dicho siglo, Estados Unidos ve a Buenos Aires como un aliado para contener el poder naval del Reino Unido. Entonces no es sorprendente que inicialmente Washington busca apoyar la posición geopolítica de Buenos Aires en el Estrecho de Magallanes y cabo de Hornos. Pero, cuando esta no prospera promueve la idea de dividir el Estrecho de Magallanes entre Argentina y Chile. Pero el Reino Unido apoya la posición chilena, contra los intereses de Argentina y Estados Unidos.

Antes de que se construyera el canal de Panamá, Estados Unidos dependía del Estrecho de Magallanes y el cabo de Hornos para comunicar por mar su costa atlántica y pacífica y, aún más importante, para poder mover barcos de guerra entre ambas costas.

Antes de la construcción del Canal de Panamá, Chile era un país que tenía mucho poder de negociación con Estados Unidos, y Chile va a hacer sentir a Estados Unidos su poder. Esto estaba enmarcado por el conflicto geopolítico entre Estados Unidos y el Reino Unido, y el conflicto geopolítico entre Argentina y Chile.

Hay hostilidad de Estados Unidos hacia Chile en la Guerra del Pacífico, la guerra civil de 1891, y las negociaciones entre Argentina y Chile por la Puna de Atacama. Chile va a tomar medidas hostiles contra Estados Unidos para apoyar a Colombia ante los intentos de Estados Unidos de construir el Canal de Panamá.

Entonces, antes de la construcción del Canal de Panamá, los intereses de Estados Unidos estaban alineados con los intereses geopolíticos de Buenos Aires en general, y del Estrecho de Magallanes en particular.

Pero esto no impedía que el Reino Unido se involucrara como inversionista en la economía argentina, y Estados Unidos se involucrara como inversionista en la economía chilena. Las oportunidades que ofrecía el crecimiento económico de Argentina en ese período atrajeron el interés del Reino Unido. Pero, aun así el Reino Unido fue capaz de separar su interés económico de su interés geopolítico de imperio.

Sólo la decadencia después de la segunda guerra mundial, y el crecimiento del estado socialista en Gran Bretaña, fueron capaces de ofrecer a Argentina la posibilidad de soñar con sacar a Chile del Estrecho de Magallanes (y la costa patagónica del océano Pacífico) y el Reino Unido de las Islas Malvinas (y la Antártica). Durante el gobierno de la Unidad Popular, esa ventana todavía estaba abriéndose, y sólo se cerraría en 1982 con la alianza entre Margaret Thatcher y Ronald Reagan para que el Reino Unido recuperara las Islas Malvinas.

Sin proponérselo, la Unidad Popular estaba ayudando los objetivos geopolíticos argentinos de conquistar Magallanes y la Patagonia chilena, y ayudando los objetivos geopolíticos peruanos de recuperar Tarapacá y conquistar el desierto de Atacama. No es imposible que el gobierno de la Unidad Popular pudiera sin saberlo ayudar a acercar a Washington y Buenos Aires, en torno a un entendimiento de que Estados Unidos apoyaría en el futuro el proyecto de una Argentina bioceánica, si el proyecto de la Unidad Popular era exitoso.

Si hubiese fracasado el golpe de estado del Once de Septiembre de 1973, es posible que, en el fragor de la batalla, las facciones castristas de la Unidad Popular se habrían impuesto a las facciones de línea allendista. En ese caso, el control del estado chileno habría terminado indirectamente en las manos de Fidel Castro en La Habana. Dentro de la lógica de la guerra fría esto habría tenido consecuencias geopolíticas muy graves para Chile, porque habría forzado a Estados Unidos a contener el poder de Fidel Castro en el cono sur de Sudamérica apoyando militarmente a Argentina y Perú contra Chile. Es decir, tratar de quitarle a Chile el control del Desierto de Atacama (Chuquicamata) y el control de las conexiones marítimas entre el océano Atlántico sur y Pacífico sur (desde el Estrecho de Magallanes al cabo de Hornos).

Entonces, el éxito de la Unidad Popular en doblegar el golpe de estado de 1973 seguramente habría obligado a Fidel Castro a involucrar al Estado cubano en guerras de Chile con Argentina y Perú. ¿Qué habría hecho Fidel Castro en una situación así? Para contestar esta pregunta habría que estudiar las decisiones estratégicas y tácticas que se tomaron en La Habana en las guerras de Cuba en Angola y Nicaragua. Pero, con Estados Unidos tratando de contener el poder de Fidel Castro en Chile, seguramente Argentina y Perú habrían sido exitosos en quitarle a Chile sus territorios en la Patagonia y el Desierto de Atacama. En el largo plazo, Chile central podría haber terminado como una provincia argentina.