A cuidarse de la tentación constitucional
Andrés Barrientos Cárdenas | Sección: Política

Recientemente, en una columna publicada a través del medio La Tercera, el sociólogo Pablo Ortúzar, intelectual coautor del Manifiesto por la República y el Buen Gobierno, que dio el marco y navegación doctrinal de Chile Vamos, hace hincapié en cinco puntos para orientar o pautear la dirección que debería tomar el recientemente formado Partido Republicano de Chile tras la elección coyuntural del 7 de mayo del 2023.
Quisiera hacer algunos alcances sobre su planteamiento, porque parte del supuesto de extrema bondad de que un conglomerado político como Chile Vamos —Chile Podemos Más o Chile Seguro en la actualidad— haya pactado doce bordes sin hacer mención del cierre del segundo proceso constitucional, haciendo caso omiso a lo dictaminado en el plebiscito anterior. Me refiero al artículo 142 que cerraba el proceso dando la legitimidad mayoritaria a la Constitución firmada por Ricardo Lagos.
Los costos políticos son asumidos, una vez que cada conglomerado o partido asume representar a sus electores en base a un ideario o proyecto de país. Si un partido político define su rol como modelo de sociedad o administración del gobierno, es de esperar que en gran medida busque orientar su acción hacia dicho ideario. Si se aleja, es probable que, dados los tiempos actuales y la fluidez de las preferencias, lo termine castigando, dada la coyuntura.
En segundo lugar, argumenta que si el proyecto constitucional se hunde, la culpa sería de Republicanos. Interesante planteamiento, considerando que el proceso viene con bordes definidos, trabajado por expertos elegidos en el Congreso, con un planteamiento armado y cuyo acuerdo no fue firmado por dicho partido. En este caso, el Partido Republicano se mostró claro al señalar, previo a la elección, que Chile no necesita una nueva Constitución y que la labor política debe centrarse en solucionar lo que ellos mismos mencionan como “urgencias sociales” (crecimiento económico, migración, orden público), pero en caso de que se logre algo mejor, bien sería. Resultaría interesante que en el planteamiento del sociólogo se incorpore que la tercera fuerza política en esta elección corresponde a los votos nulos y blancos, que suman cerca de 2.6 millones de votos, lo que a priori podría ser interpretado como chilenos no satisfechos con el proceso o definitivamente chilenos que no quieren una nueva Constitución política, porque se han dado cuenta que las inquietudes y problemáticas no iban por esa vía. Tesis que también está siendo interpretada por Alberto Mayol, que no podríamos decir es un conservador o liberal.
Tercero. Se aprecia el marcado interés de orientar la visión de Chile Seguro hacia una convergencia ideológica con la socialdemocracia, abandonando definitivamente las ideas que dieron origen a UDI, RN o EVÓPOLI. No es de extrañar, pues parte de ese ideario fue trabajado y presentado en el Manifiesto por la República y el Buen Gobierno, de coautoría del sociólogo.
Cuarto. Es curioso el planteamiento con que busca comparar al Partido Republicano con el Partido Comunista o Lista del Pueblo en tanto a su actuar. Este reduccionismo no se sustenta en lo que ha mostrado dicho partido respecto a la protección de la Democracia y el Estado de Derecho. En ningún instante hemos visto a congresistas, por ejemplo, querer pasar la aplanadora política a contendores, y, es más, han sido innumerables las declaraciones donde el líder —otrora presidente— de dicho partido, José Antonio Kast, ha sido claro en atenerse a las reglas institucionales —al igual que su bancada— e instar y tomar el resultado con moderación y mesura. Un eventual autoritarismo del Partido Republicano es un mito que algunos claramente quieren instalar para sembrar miedo.
Quinto. “Los resultados exigen al Partido Republicano mostrar todas sus cartas (…) exigen definiciones ideológicas de fondo”. Esto es cierto e intuyo que será un gran desafío para todos los sectores que busquen plasmar un nuevo texto constitucional. Lo que además está claro, es que el Partido Republicano ha sido, dentro de los partidos que podemos considerar de derechas, el más claro en definir su ideario y prioridades en la agenda pública. Quizás por ello mismo tuvo un rotundo e histórico resultado la noche del domingo.
Para finalizar, una pregunta que debemos hacernos todos: ¿Qué significa un “fracaso constitucional”? Para aportar antecedentes a esa pregunta es necesario considerar que el plebiscito del 25 de noviembre 2020 obtuvo 5.8 millones de votos para el apruebo y que este ya no es válido para analizar dos procesos posteriores con una votación claramente contraria, y por lo demás, con voto obligatorio. Se demuestra una clara inclinación hacia poner fin a la aventura constitucional chilena. Veamos, en septiembre 2022 se lograron 7.9 millones de votos por el rechazo a la propuesta neocomunista y, posteriormente el 7 de mayo 2023, se lograron 6.2 millones de votos unidos entre un partido contrario al proceso y los votos nulos y blancos, es decir, chilenos que se consideran outsiders del proceso por las más variopintas razones.
El hacer política implica tomar responsabilidad sobre la realidad actual y los pensadores tampoco pueden estar exentos de dicha realidad. El país no resiste un nuevo proceso, ni por las finanzas públicas, ni porque desvía las cuestiones fundamentales que aquejan a Chile. Tenemos una Constitución vigente, y del mismo modo, quizás es el momento de hacerla valer. Por lo mismo, un eventual fracaso del proceso siempre dependerá de quién hace la lectura, no vaya a ser que el “fracaso” (que no se apruebe el mantra de “nueva buena constitución”) sea la herramienta más adecuada para devolver la paz y la prosperidad en Chile.
Finalmente, se agradece el esfuerzo del columnista por buscar un sentido a la elección y tratar de orientar la acción de la oposición. Es de esperar que Chile Seguro y Republicanos puedan unirse en pos del verdadero sentir mayoritario de la población, y cerrar el proceso en beneficio del país.
Nota: Este artículo fue publicado originalmente por la Revista Individuo el miércoles 10 de mayo de 2023 bajo el título “Respuesta a columna “Republicanos con guitarra””.




