Un clima a la expectativa

Gonzalo Rojas S. | Sección: Política

Después del 4 de septiembre -un mes ya ha transcurrido-  la incertidumbre ha dado paso a la expectativa.

Ya no prima la angustia por saber si Chile iba a ser condenado a su destrucción como Nación y como proyecto de vidas libres y responsables. Ahora parece extenderse, más bien, una serena atención a los comportamientos de los distintos grupos políticos.

Y esa mirada ya tiene claro de qué modo Chile Vamos sube y baja, y sube y baja: un día se rinde y al siguiente trata de recomponerse, quizás conscientes sus dirigentes del enorme rechazo que sus bases tiene por un eventual nuevo proceso constituyente.

Pero la atención se enfoca también en el mundo Republicano. Se espera mucho, y con razón, de sus parlamentarios, de sus intelectuales, de su candidato presidencial.

La posición política en que se encuentran es de extremo riesgo. Precisamente porque se espera de los Republicanos una posición de especial coherencia, es que están frente a una de esas oportunidades para hacerse muy fuertes en los principios y ser muy claros en la comunicación de sus actuaciones.

No se trata de distinguirse de Chile Vamos a partir de una decisión estratégica, sino por una convicción que se apoya en la propia conciencia de lo que se es y de lo que se puede ofrecer a la ciudadanía.

El mundo Republicano se ha ido conformando como un referente de honestidad y de compromiso. Los errores cometidos pueden haber tocado otras dimensiones de la actividad, pero no han puesto en duda la transparente voluntad de servir. Y es justamente en esa posición en la que los chilenos deben reconocer un activo, quizás único en la política chilena. Un activo que no se transe por supuestos dividendos del momento, siempre efímeros.

En concreto: El Rechazo terminó un proceso constituyente. En consecuencia, los Republicanos está abiertos a reformas en sede parlamentaria, pero no disponibles para sumarse al engaño de un No que se convierta en Sí mediante una nueva Convención.

La expectativa que genera su comportamiento es muy alta. Hay mucho interés por saber si pasarán esta prueba de la blancura; hay mucha adhesión disponible si el mundo Republicano es consecuente. Y, por supuesto, sus principales representantes tendrán también que soportar muchos desagrados, desarrollando esa piel de elefante a la que solía referirse Jaime Guzmán.