Peligrosa borrachera constitucional

Cristián Labbé G. | Sección: Política

En estos tiempos en que política, económica y socialmente, vamos “cuesta abajo en la rodada”, situación que nos está aporreando a todos por parejo, cualquier ciudadano, sencillo o campechano, acomodado o modesto, lo que más quisiera es que los dirigentes políticos, parlamentarios, de todo tipo… se concentren en adoptar las acciones que permitan al país retomar la senda de estabilidad y progreso que tuvo en el pasado no lejano.

Junto a lo anterior, urge enfrentar decididamente situaciones extremadamente graves que se han ido convirtiendo en “el pan nuestro de cada día” y que amenazan, no sólo el crecimiento y el desarrollo, sino la supervivencia como Estado libre y democrático. Es el caso de: crímenes cada vez más violentos; asesinatos de carabineros; ataques a cuarteles militares; asaltos, portonazos y encerronas; acciones terroristas en la Araucanía…

Cuesta salir del asombro al comprobar lo que sucede: se condena a 12 años de presidio a un carabinero por cumplir con su deber; el Presidente se da maña para no tramitar el TPP11 a pesar de haber sido aprobado por el Congreso; la oposición da señales de estar dispuesta a votar por una comunista para presidir la Cámara de Diputados y, como si eso no bastara, el Partido Comunista pretende intervenir a las FF.AA. a través de sus planes de estudios.

Mis sagaces parroquianos coincidirán con quien aventura estas líneas que lo dicho es altamente preocupante y sus efectos… impensados.

La condena de un capitán de Carabineros por lanzar, en acto de servicio, una lacrimógena que involuntariamente afectó a una activista de la primera línea, viene a ser, a todas luces, el tiro de gracia a la actuación profesional de carabineros. Cabe preguntarse si algún otro policía estará dispuesto a cumplir con su deber de resguardar el orden, la seguridad y la paz social, si al final de cuentas nadie los respalda.

Con relación a TPP11, resulta increíble que el Presidente burle la institucionalidad sin que nadie reaccione. Nuestro ordenamiento constitucional es claro: después de haber sido aprobado el tratado por el Congreso, el Mandatario no tiene más opciones que promulgarlo, vetarlo o, en último caso, enviarlo al Tribunal Constitucional, pero en ningún caso usar algún resquicio para dilatar su vigencia.

Impresentable resulta también comprobar la inconsecuencia de los Parlamentarios de Oposición, dispuestos a apoyar a una Comunista para que presida la Cámara de Diputados, especialmente a quien fue “la niña símbolo” de la opción Apruebo, mayoritariamente derrotada el 4S.

Si todo lo anterior no logra sacar al mundo político del “modo Zombie” al que pareciera haber sido arrastrado, lo que debiera exorcizarlos es la intención explícita del Partido Comunista, atrincherado en el Ministerio de Defensa, de destruir el ultimo pilar de nuestra institucionalidad, las FF.AA.

Por último, esta vetusta pluma se permite sugerir a los dirigentes políticos que representan a la Sociedad Libre: libérense cuanto antes de “la borrachera constitucional” y concéntrense en los problemas reales de la gente… especialmente en las urgencias sociales y de seguridad.

Nota: Este artículo fue publicado originalmente por el semanario El País Digital, el domingo 14 de octubre de 2022.