Habrá que enfrentarlos

| Sección: Política, Sociedad

El triunfo del Rechazo ha producido una nueva situación político-social en el país.

En concreto: las fuerzas rupturistas de las izquierdas han sido, por ahora, derrotadas, y esa debacle ha sido fruto de una articulación de múltiples organizaciones y referentes que han sido capaces de sumarse entre sí.

Esa sumatoria del Rechazo congregó a fuerzas muy variadas, desde sensibilidades de la centro-izquierda hasta nacionalistas intransigentes. No hay ninguna posibilidad, por supuesto, de que esas mismas fuerzas confluyan en un proyecto común, pero sí hay algo que deben preservar: es su compartida convicción de que Chile está por encima de las legítimas divergencias sobre esto o aquello.

Las ciudades amanecieron abanderadas el lunes 5. Ha sido una señal clara: el mínimo común es la Patria, el mínimo común son sus símbolos y su lenguaje, el mínimo común es su historia y su mestizaje.

Por eso, cuando los dirigentes políticos de los partidos de Chile Vamos se empeñan en aparecer funcionales a una nueva oportunidad para que las izquierdas impongan su proyecto refundacional, se levanta un clamor de millones de chilenos comunes y corrientes que les dicen: ¡No!

La gran cuestión en debate en las próximas semanas puede expresarse así: Si el triunfo del Rechazo significó algo valioso, hay que defenderlo negándonos a un nuevo proceso que vuelva a poner en riesgo a Chile. Pero si el triunfo del Rechazo es desfigurado por los Chahuán y los Macaya, hasta el punto de convertirlo en un empate con sabor a derrota, habrá que enfrentarlos a ellos primero, haciéndoles presente que no, que el Chile de los ciudadanos de a pie no va a rendirse como ellos quisieran hacerlo, por quizás qué conveniencias de pacotilla.