Desde hace ya varias semanas, la izquierda ha tratado y sigue intentado distraer a la opinión pública del único propósito del plebiscito del 4/9, cual es aprobar o rechazar el texto de nueva Constitución propuesto por la C.C.

Para eso recurre reiteradamente a la trampa de desviar la atención del contenido del texto, desacreditando las reformas propuestas por la derecha de triunfar el rechazo, pretendiendo instalar así que esas propuestas serían las que votaremos.

¿Por qué hacen esto? Porque las encuestas están demostrando que el pueblo de Chile es inteligente y no está dispuesto a aprobar un texto que provocaría infortunio en el país.

Un texto que entre muchas otras falencias, atenta contra todo lo que somos; que atenta contra la unidad nacional; que atenta contra nuestras tradiciones republicanas; que debilita nuestra institucionalidad eliminando el Poder Judicial para transformarlo en un sistema politizado; que destruye el sistema político eliminando el Senado -pretendiendo convencernos que la Cámara de las Regiones es lo mismo- quedando entonces a merced de una única cámara, que junto a un Presidente del mismo signo partidario, podrían llegar a tener el poder total para hacer lo que se les ocurra. 

Es lo que quieren, y como ven que se les está escapando de las manos esta única oportunidad de establecer su fracasado sistema socialista, al plantearles estos temas dicen que son fake news.

Cuando se les pregunta sobre las encuestas, las consideran falsas, porque están hechas por los poderosos de siempre, y cuando se les pide que expliquen las aberraciones varias que tiene el texto, las desmienten interpretando el contenido a su antojo, como si una Constitución fuera opinable al gusto de cada quien, lo cual sería caótico, pues de ser así, sería una Carta Magna que no garantizaría absolutamente nada, que no otorgaría seguridad jurídica ni principios básicos y haría imposible la convivencia.

Pero lo que no han podido desmentir es el plagio de la Constitución boliviana. Y cómo podrían, si Felipe Parada, militante de Comunes y exasesor del convencional socialista Tomás Laibe le regaló entusiasmado en Buenos Aires un ejemplar del texto a Evo Morales, quien le pregunta “¿vamos a ganar el referéndum?”, contestándole Parada “sí, está difícil pero vamos a ganar”. 

El interés de Morales en que gane el Apruebo y la foto exhibiendo el nuevo texto junto a Parada, hizo saltar las alarmas en la izquierda, que rápidamente trucó una foto, mostrando a Morales con un libro titulado Historia Secreta Mapuche, diciendo que era fake news la que aparece con la nueva Constitución.

Lo fake era la foto trucada, pues se conoció el video donde se aprecia el regalo de Parada a Morales, demostrando la preocupación de la izquierda por la divulgación de esta noticia, que viene a confirmar el alto riesgo para Chile de transformarse en estado plurinacional, pues se podrían reclamar territorios en el norte para integrarse con Bolivia y darle salida al mar. Morales lo intentó en Perú, por lo que el Congreso lo declaró persona non grata por “injerencia política”. 

Mientras tanto, el Presidente dice…seguimos, y lo cierto es que siguen adelante con su estrategia por el Apruebo, como que el Gobierno invertirá $526 MM de pesos en imprimir 900.000 ejemplares del nuevo texto, pues según Camila Vallejo, “lo ha pedido mucha gente porque no basta con la página web y el código QR, aún hay y mucha gente que pide el texto impreso. Por lo tanto, como Gobierno, y a partir de nuestro deber, hemos solicitado esas impresiones”.  

Curiosa causal para imprimir 900.000 ejemplares, cuando en 2021 había 25.31 MM de dispositivos móviles operativos en Chile, 16 MM de usuarios de rrss y 15,78 MM de usuarios de internet, desde donde perfectamente cualquiera puede bajarlo y leerlo. ¿Será prescindente el gobierno al repartir esos 900.000 ejemplares? Es la gran duda. 

A no perder el foco en lo que estaremos votando el 4/9, para no caer en la trampa de la izquierda. Considerando el alto riesgo que implica esta propuesta de nueva Constitución, la única opción para salvar a Chile de un grave retroceso, del cual costaría décadas salir, es votar Rechazo.

Nota: Este artículo fue publicado originalmente por El Líbero, el domingo 17 de julio de 2022.