La persistencia en la mentira

Gonzalo Ibáñez S.M. | Sección: Educación, Historia, Política

Ayer, yo comentaba en esta página la noticia de que varios diputados habían presentado un proyecto con el objeto de incorporar de manera obligatoria, al curriculum de estudios de los jóvenes chilenos, un curso de Derechos Humanos concentrado exclusivamente en lo que pasó después del 11 de septiembre de 1973 hasta 1990, y solo respecto de actos de abusos de poder. Deja, por lo tanto, de lado lo que sucedió antes de esos años, indispensable para explicar la historia que vino enseguida, como asimismo los indudables éxitos que el gobierno de entonces obtuvo para el país y para su gente. Lo digo, porque un relato acerca de los derechos humanos de la época no puede dejar de lado estas realidades si quiere ser completo y, por lo tanto, cabalmente veraz. Como las deja fuera, lo que proponen esos diputados es sustantivamente la enseñanza de la mentira.

Finalizando su visita a Argentina, Boric insistió en el mismo predicamento. Durante un recorrido por una escuela de suboficiales en Buenos Aires se explayó largamente acerca de los abusos que en ese lugar habrían sido cometidos por militares argentinos mientras ellos gobernaban el país. Es probable que así haya sido, pero para nada se refirió a la guerra antisubversiva que esos militares debieron encarar y que les fue declarada, entre otros grupos, por los Montoneros que, como los del Mir chileno, querían convertir a la Argentina en otra Cuba y, ello, por la fuerza de las armas.

Boric comparó esos hechos con lo que sucedió en Chile durante el período 1973 a 1990. Y, por supuesto, calificó a los militares de entonces como una banda de golpistas que habían puesto término al régimen de Allende nada más que por una ambición de poder y que, después, sólo se habrían dedicado a abusar del poder por ellos “usurpado”. Presentar así la historia de Chile es una incalificable mentira. ¿Cómo es posible que Boric no haga ninguna referencia a la estrategia marxista de conquistar el poder total aunque para ello tuviera que usar el poder de las armas? ¿Es que no conoce la declaración del partido socialista de 1967 que en Chillan proclamó la legitimidad del uso de la violencia para esta finalidad? ¿Y las constantes declaraciones del MIR (Movimiento de Izquierda Revolucionaria) en el mismo sentido? ¿Y el intento de formar un ejército paralelo a las FF.AA y de Orden?

¿Es que desconoce cómo el régimen 1970-1973 destruyó el aparato productivo del país y arruinó su agricultura? ¿No ha visto los innumerables testimonios gráficos que muestran la realidad del desabastecimiento, del mercado negro y de las colas para conseguir algo de alimento? Es definitivamente intolerable que un presidente de la República se refiera a la historia de esos años sin hacer referencia a esas realidades, como asimismo a la evidencia de cuánto los chilenos impulsamos a nuestros institutos castrenses a que dieran el paso de poner término al régimen de esos años.

No podemos acostumbrarnos a las mentiras. Hemos de recuperar nuestra historia.

Nota: Este artículo fue publicado originalmente por el autor en su página de  Facebook, el jueves 7 de abril de 2022.