El combate por la historia

Gonzalo Ibáñez SM. | Sección: Educación, Historia, Política

La historia de lo sucedido en Chile entre 1970 y 1990 aparece, en el sector que se alinea detrás del candidato presidencial Sebastián Sichel, como un tema de menor importancia o, simplemente, de ninguna. No tienen, por ejemplo, ninguna opinión acerca de lo que fue el régimen marxista de Salvador Allende. Por eso, son incapaces de defender el pronunciamiento militar de 1973 y respecto del gobierno que lo continuó sólo confiesan sus aspectos negativos sin ningún reconocimiento a lo que fueron sus indudables aspectos positivos. En definitiva, piden que no miremos el pasado, que lo sepultemos y que, en cambio, nos concentremos en el futuro. En cambio, en el sector que marcha detrás del candidato Gabriel Boric, esa historia es primordial. Todas sus cartas de triunfo se fundamentan en hacer creer que la versión que ellos dan de esa historia es la correcta: gloria para Salvador Allende, abominación del gobierno militar.

En el mundo político de estos dos candidatos va quedando así sólo una versión de esa historia, la de Boric y su grupo. Entretanto, los de Sichel no quieren hablar simplemente porque se han rendido. Los de Boric, en cambio, viendo que en este campo el triunfo es de ellos buscan hacer de su versión de la historia una primera arma de triunfo total. Y tienen la razón, porque si la versión que ellos dan es la verdadera, entonces lo que corresponde en este país es regresar al momento anterior al del pronunciamiento militar, es decir, al régimen marxista de Salvador Allende. Es a lo que aspiran Boric y su gente.

En definitiva, la lucha política en el país se está resolviendo según quien gane la batalla por la historia y de eso no nos damos mayoritariamente cuenta. Lo demás, de hecho, vale poco. Por eso, el país se ha radicalizado y los sectores comunistas, representados por el FA y el PC se están llevando el grueso del electorado, porque van ganando en esa batalla. Las últimas elecciones no dejan lugar a dudas. Y tanto triunfan que ahora quieren cerrar el círculo impidiendo y castigando las versiones que nos les sean adeptas a las cuales llaman “negacionistas”. Ellas no deben circular; al contrario, deben ser prohibidas de raíz. Es lo que, por ejemplo, ha hecho la Convención Constituyente. Contra esta estrategia, Sichel y su grupo carecen, hasta ahora, de toda respuesta. Ellos insisten en que para atrás no hay historia que interese. Por eso, su campaña carece de épica y se va desinflando a vista y presencia de todos.

En este escenario, no es difícil predecir el resultado entre ellos de la elección de noviembre próximo. Es lo que nos debe poner en estado de máxima alerta y también nos debe, más allá o más acá de las campañas políticas, impulsar a trabajar por la recuperación de la verdad de nuestra historia, condición fundamental para mantener a Chile como un país libre y verdaderamente soberano.

Nota: Este artículo fue publicado originalmente por el autor en su página de  Facebook, el viernes 1° de octubre de 2021.